Los Estados Unidos e Irán han mantenido conversaciones este sábado en Omán en busca de un acuerdo sobre el programa nuclear de la república islámica en un "ambiente constructivo". Después de siete años de distanciamiento, esta ha estado la primera vez que ambas partes se sientan sobre la mesa para tratar este tema tan delicado, y lo han hecho de manera indirecta. Sin embargo, sus representantes, el ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, y el enviado especial norteamericano para el Oriente Medio, Steve Witkoff, "han hablado durante unos minutos" en persona. Norteamericanos e iraníes han confirmado que el diálogo se reanudará la semana que viene.

El ministerio de Exteriores iraní ha explicado que Araghchi y Witkoff "han intercambiado las posiciones de sus respectivos gobiernos" sobre el programa nuclear iraní y las sanciones norteamericanas "en un ambiente constructivo, basado en el respeto mutuo." El encuentro, que ha durado un total de dos horas y media, se ha llevado a cabo mediante dos salas separadas en que el ministro de Exteriores de Omán, Badr bin Hamad al Busaidi, ha sido el mediador. Los negociadores se han comprometido a continuar con las conversaciones en los próximos días, aunque la cartera ministerial iraní no ha especificado con què formato se llevarán a cabo. En los días previos a este primer encuentro, Washington había asegurado que sería directo, mientras que Teherán insistió en que se produciría de manera indirecta.

Al llegar a Mascat, la capital de Omán, Araghchi ha afirmado que buscaba "un acuerdo justo y honorable desde una posición de igualdad" y ha subrayado que si la postura de Estados Unidos era similar, "habrá una posibilidad de un entendimiento inicial que conducirá en un camino de negociaciones". La máxima autoridad diplomática de Irán también ha insistido en que solo negociaría sobre la cuestión nuclear, cosa que dejaría fuera del programa de misiles iraní y el apoyo de Teherán a grupos regionales, como los hutíes de Yemen o los libaneses de Hizbulá. Araghchi es un perro viejo en este tipo de negociaciones, ya que participó en el acuerdo nuclear de 2015.

Por su parte, en medio de las amenazas de Trump, Washington había mostrado su intención de incluir en los contactos los misiles y los grupos regionales. En este sentido, el presidente norteamericano ha advertido varias veces de posibles ataques contra Irán si los ayatolás no aceptan negociar un acuerdo y cortar toda cooperación del país persa con la agencia atómica de la ONU.

Las negociaciones de este sábado han sido las primeras desde que Donald Trump decidiera abandonar unilateralmente en 2018 el llamado Plan de Acción Integral Conjunto, durante su primer mandato (2017-2021). Se trata de un histórico acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Teherán y las potencias mundiales, es decir, todos los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, incluida Rusia, Alemania y la Unión Europea. En concreto, el acuerdo establecía el compromiso de Irán a garantizar la naturaleza pacífica del programa a cambio de la retirada de sanciones y, por lo tanto, la reincorporación en los mercados internacionales. Trump decidió abandonar el pacto después de asegurar que no estaba obteniendo resultados y que Irán estaba a punto de conseguir un arma nuclear, a pesar de las constantes negativas de Teherán. El movimiento del republicano dejó por los suelos el éxito de su predecesor, Barack Obama.