El ministro de exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha amenazado al romper relaciones con la Unión Europea (UE) si agravan las sanciones económicas por el caso Navalni.
Después de las declaraciones del pasado martes donde Josep Borrell, el Alto Representante de la UE, abrió la puerta a imponer sanciones más duras contra el Kremlin, los rusos sacan pecho, asegurando que "estamos preparados" por las represalias.
Borrell y el enredo por el caso Nalvani
Desde que la justicia rusa condenó al líder opositor Aleksei Navalni, sobreviviente de un envenenamiento químico atribuido a Putin, a una pena de tres años y medio de prisión, Borrell ha puesto sobre la mesa condenar los hechos con más sanciones contra Rusia. Otra vez, el exministro de Exteriores español se ha visto en medio de una polémica mediático por sus declaraciones, que vuelven a repercutir en el ámbito político internacional. Este lunes, la Comisión Europea tuvo que apagar el fuego encendido por Borrell, cuando Lavrov comparó Navalni con los presos políticos catalanes durante su comparecencia con Borrell.
Este miércoles Borrell se vio forzado a comparecer ante de la Eurocámara para responder a las críticas sobre su viaje a Moscú la semana pasada. Durante las declaraciones, Borrell avanzó que "los estados miembros tendrán que decidir los próximos pasos, pero sí, podrían incluir sanciones."
Todo son amenazas
En una entrevista en Sergei Lavrov publicada este viernes, el ministro ha respondido a las amenazas de Borrell, recordándolo que son autosuficientes en el campo militar, y ahora tienen que conseguir lo mismo en el económico si ven que las sanciones ponen en riesgo "partes sensibles" de su economía. Las supuestas sanciones económicas del bloque europeo contra Rusia se sumarian a las ya existentes, fijadas en el 2014 por la anexión de Crimea del 2014.
Por su parte, los líderes europeos tienen previsto revisar en marzo su política exterior con Rusia a raíz del empeoramiento de las relaciones por el caso Navalni. Mientras los países del este y el báltico presionan a favor de una posición más dura contra el Kremlin, París y Berlín siguen en su línea y continúan interesadas en mantener vías de diálogo selectivas en ámbitos de interés mutuo.