El Ministerio de Exteriores de Egipto ha asegurado este jueves que ayudarán a evacuar "unos 7.000 extranjeros" y personas con doble nacionalidad de la Franja de Gaza, según informa AFP. En una reunión con diplomáticos extranjeros, Egipto ha dicho que se está preparando para "facilitar la recepción y la evacuación de extranjeros de Gaza a través del paso de Rafah".
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El caso es que Egipto hace semanas que vive atrapado en un dilema sobre la apertura del paso de Rafah. Quiere ayudar a los palestinos heridos graves a salir, pero no quiere ni imaginarse una ola de refugiados palestinos hacia la península del Sinaí. "Estamos dispuestos a sacrificar millones de vidas para garantizar que nadie invada nuestro territorio", ha dicho a principios de esta semana el primer ministro de Egipto, Mostafa Madbouly.
Precisamente por el paso de Rafah está por donde ha estado entrando ayuda humanitaria estos últimos días. El presidente norteamericano, Joe Biden, negoció un paso de ayuda a través de este paso, pero los niveles son bajos en comparación con lo que hace falta. El miércoles, el coordinador humanitario de la ONU, Martin Griffiths, volvió a pedir en Israel que reabra Kerem Shalom, el cruce que controla en el extremo sur de Gaza.
Algunos han criticado Egipto y su presidente autoritario, Abdel Fattah El-Sisi, para no abrir las fronteras a los palestinos desde que empezaron los bombardeos israelíes en respuesta a la matanza asesina de Hamás del 7 de octubre.
Por qué Egipto no quiere abrir la frontera con Gaza
Abrir un "corredor humanitario" para facilitar un potencial éxodo de millones de refugiados palestinos hacia Egipto a través del paso de Rafah, única salida de la Franja de Gaza no controlada por Israel, es una propuesta que el gobierno de El Cairo ni puede ni quiere aceptar. Sobre todo, por las consecuencias que tendría para la situación política, económica, en más de por consideraciones éticas.
Según señalaba Efe, la limpieza étnica es "expulsión" forzosa sistemática de grupos étnicos, raciales o religiosos de una zona determinada. Eso es lo que Israel hace con los palestinos, según denuncian los mismos habitantes de los territorios ocupados, ONG y organismos internacionales. Abrir el paso para que los 2,2 millones de habitantes de Gaza bajo bombardeo israelí entren en Egipto y se asienten sería habilitar esta opción, que es la preferida de Israel y los EE.UU.
El tema económico también preocupa. Tal como destaca la misma agencia, Egipto no tiene dinero para afrontar una ola de refugiados e instalarlos en el Sinaí, un territorio desértico y aislado con muy pocas opciones de desarrollo. La situación económica egipcia es muy precaria, con una inflación disparada, una pérdida constante del valor de su moneda y una deuda externa que no deja de crecer. Y una influencia de refugiados, que se sumarian a las decenas de miles que ya acoge el país por otros conflictos (Sudán, Sudán del Sur) causarían un gran desequilibrio. En este sentido, Efe recuerda que Egipto es el segundo país del mundo con más deuda con el Fondo Monetario Internacional y es considerado el que corre más riesgo de una suspensión de pagos después de Ucrania.
Por otra parte, preocupa el tema de la seguridad, constata la misma agencia de noticias. Egipto e Israel colaboran en materia de seguridad y valoran mucho esta colaboración. El Sinaí es un territorio donde El Cairo mantiene combates armados con grupos islamistas.