Egipto inicia este domingo las elecciones para escoger al próximo presidente, que se celebrarán durante tres días, hasta el próximo martes. El actual jefe de Estado, Abdelfatah Al-Sisi, se enfrentará por primera vez en la última década a tres rivales, Farid Zahran, del Partido Socialdemócrata Egipcio (PSE), Hazem Omar, del Partido Popular Republicano (RPP) y Abdel Sanad Yamama, del partido nacionalista Wafd. Estos, sin embargo, no tienen una gran popularidad, y se prevé que Al-Sisi obtenga con facilidad una victoria que le permitirá iniciar su tercer mandato. Los resultados de las elecciones no se conocerán hasta el próximo 18 de diciembre, seis días después de que se haya acabado el proceso electoral. En el improbable caso de que hubiera que ir a una segunda vuelta, esta se celebraría los próximos 8 y 10 de enero.
Las elecciones inicialmente estaban previstas para abril del 2024, pero Al-Sisi decidió adelantarlas, un movimiento que se ha atribuido a una estrategia para mantener el apoyo a las urnas antes de aprobar un paquete de medidas de austeridad delante la crisis económica que vive el país, con una inflación del 39% y la pérdida del 50% del valor de la moneda local. Los 60 millones de egipcios convocados a las urnas también votan marcados por el contexto de la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza, territorio fronterizo con Egipto a través del paso de Rafah, que ha servido para la entrada de ayuda humanitaria y la evacuación de heridos y extranjeros. La posibilidad de un desplazamiento masivo de la población palestina en Egipto, sin embargo, provoca una gran incertidumbre.
Al-Sisi, favorito indiscutible para continuar como presidente
El presidente Abdelfatah al-Sisi se presenta en estos nuevos comicios como el único garante de la seguridad y la supervivencia de Egipto, país que ha gobernado en la última década después del golpe de estado perpetrado en el 2013 contra el gobierno islamista de los Hermanos Musulmanes. El exjefe de la Inteligencia Militar abandonó al ejército para presentarse a las elecciones de 2014, y ganó con un 97% de los votos, victoria que revalidó cuatro años después en unos comicios duramente criticados por la oposición y las organizaciones de derechos humanos.
En 2017, Al-Sisi aseguró que solo presidiría a Egipto durante dos mandatos de cuatro años, según estipulaba la Constitución, de manera que tendría que haber abandonado el cargo en el 2022. Sin embargo, en el 2019 impulsó una polémica reforma exprés de la Carta Magna para extender los mandatos de cuatro a seis años y poder optar a una tercera reelección por seguir al poder hasta el 2030. La reforma constitucional, sumada a la inexistente oposición política fruto de la represión contra los disidentes, que en muchos casos han sido encarcelados o se han exiliado, allana el camino de Al-Sisi para continuar como presidente.
Los tres opositores a Al-Sisi
Aunque sus posibilidades son ínfimas, tres candidatos se presentan como rivales de Al-Sisi a las elecciones. Hazem Omar, líder del liberal Partido Popular Republicano (RPP), de 59 años, es ingeniero, empresario en el sector turístico, y jefe de la Comisión para Asuntos Exteriores, Árabes y Africanos del Senado, un cuerpo que asesora al Parlamento, y en el que fue asignado como miembro por el mismo Al Sisi en el 2020. Su formación política fue creada en el 2012 durante el gobierno de los Hermanos Musulmanes, derribado un año más tarde por Al Sisi, y ocupa 50 de los escaños del legislativo. Omar, que no ha criticado nunca en público la gestión del presidente, ha centrado su programa en la reforma económica, sanitaria y educativa.
Farid Zahran, de 66 años, lidera el Partido Socialdemócrata Egipcio (PSE), y es una figura conocida de la sociedad civil en Egipto, ya que durante los años 70 fue uno de los principales líderes del movimiento estudiantil de la izquierda. También tuvo un papel destacado en las protestas populares que en el 2011 derrocaron al expresidente egipcio Hosni Mubàrak después de tres décadas al poder, y en las manifestaciones previas al derribo, dos años más tarde, del gobierno de los Hermanos Musulmanes, del presidente islamista Mohammad Mursi, derribado por Al Sisi en un golpe de Estado no sangrante.
El tercer opositor es Abdel Sanad Yamama, de 71 años, líder del histórico partido nacionalista Al Wafd. Es profesor universitario, jefe del departamento de Derecho a la Universidad de Menufiya, en el delta del Nilo, y jefe del Centro Internacional de Arbitraje y Propiedad Intelectual. Es conocido por sus polémicas y contradictorias declaraciones, ya que a veces ha mostrado su apoyo a la reelección de Al-Sisi y, en otras ocasiones, ha criticado que no dispone de una "varita mágica" para la reforma económica que promete.