El consejero delegado del gigante de las telecomunicaciones sueco Ericsson, Borje Ekholm, ha admitido este miércoles que la empresa ha identificado varios casos de corrupción en sus operaciones en Irak en los últimos años. Ahora bien, el problema grande ha llegado cuando el mismo Ekholm también ha asegurado que sospecha que diversos de sus empleados pagaron varios sobornos que acabaron en manos del Daesh, más conocido como Estado Islámico. Estas son las conclusiones de una investigación interna que empezó ahora hace tres años, en el 2019, y revela que estos sobornos habrían llegado en el periodo en el cual la organización terrorista controlaba gran parte del norte de Irak y en el cual personas atadas a la empresa "pagaron para realizar transportes de ruta en sectores controlados por organizaciones terroristas, incluido el Daesh," según ha sentenciado Ekholm.
Ahora bien, el máximo dirigente de la empresa también asegura que "con los medios a nuestro alcance, no hemos podido identificar a los beneficiarios finales de estos pagos", según ha declarado en una entrevista concedida al diario sueco Dagens Industri. Además, Ekholm, añade que la empresa empezó a detectar la existencia de "gastos inusuales" desde 2018 y que no se conocía la identidad de quien había recibido los pagos. La investigación interna detectó a más pagos en metálico que podrían estar relacionados con actividades de blanqueo de dinero.
Las consecuencias no se han hecho esperar y la multinacional ha visto cómo las caídas en bolsa eran fuertes este miércoles. Concretamente, la acción de Ericsson caía un 12,60% en el mercado de la capital sueca hasta las 100,88 coronas suecas (unos 9,55 euros) poco antes de las cuatro de la tarde. Hay que recordar que Ericsson anunció hace pocas semanas que en 2021 ganó 23.000 millones de coronas (2.196 millones de euros), un 30% más interanual. Su beneficio neto de explotación (ebitda) fue de 31.800 millones (3.036 millones de euros), un 14% más. Las ventas netas ascendieron a 232.000 millones (22.179 millones de euros), una cifra casi idéntica a la registrada el año anterior.
La muerte del líder
Las palabras del máximo dirigente de Ericsson llegan pocas semanas después de que los Estados Unidos anunciaran que habían acabado con el último líder del Daesh, Abu Ibrahim al-Hashimi en-Qurayshi, en una operación antiterrorista lanzada en el noroeste de Siria el pasado 3 de febrero. "Anoche, bajo mi dirección, las fuerzas militares norteamericanas en el noroeste de Siria llevaron a cabo con éxito una operación antiterrorista en la cual conseguimos retirar del campo de batalla Abu Ibrahim al-Hashimi en-Qurayshi", anunció Biden en un comunicado. El presidente norteamericano también publicó un mensaje en Twitter anunciando la muerte del líder del Daesh y desde el perfil de la Casa Blanca se compartió una imagen en la cual aparecen Biden, la vicepresidenta Kamala Harris y otros miembros del equipo de seguridad del presidente siguiendo la operación.
En esta línea, el Pentágono también se encargó de confirmar que la "misión contraterrorista" además de añadir que durante la misión no se habían registrado bajas americanas y que, por lo tanto, había sido "un éxito". Al mismo tiempo, el portavoz del Pentágono, John Kirby, compareció horas más tarde para asegurar que la identificación de en-Qurayshi fue posible gracias a un examen de las huellas y de su ADN. Hay que recordar que esta operación es la más amplia desde el 2019, cuando se ordenó un ataque en el cual cayó el fundador del Estado Islámico, Abubaker en el Bagdadi, en una zona próxima a Idlib.