Una mayoria independentista abrumadora se ha impuesto en los resultados electorales de Groenlandia, país que depende administrativamente del Reino de Dinamarca: las fuerzas a favor de la independencia suman el 80% del voto popular en las elecciones de ayer. Estos resultados plantean un nuevo paradigma para los habitantes de la isla, que quieren retomar el control sobre sus recursos naturales y el futuro del país.

Derecho a la autodeterminación

Con la adopción del nuevo Estatuto de Autonomía pactado con Dinamarca en el 2009, que recoge el derecho a la autodeterminación, Groenlandia tiene la puerta abierta a la independencia.

Desde el pasado febrero, una controversia ha sacudido el espacio mediático groenlandés, culminando en las elecciones anticipadas de ayer. Se trata de la explotación de una mina de tierras raras en Kuannersuit, uno de los yacimientos mayores de este recurso natural en todo el mundo, por parte de una empresa australiana financiada por chinos.

Groenlandia, una isla de dos millones de kilómetros cuadrados, de los cuales el 80% están cubiertos de hielo, ha sido uno de los primeros países a sufrir las consecuencias inmediatas de la crisis climática. A partir de eso, la explotación de este recurso natural para el favorecimiento de terceros ha causado una crisis política entre los groenlandeses, que ahora quieren decidir cómo será una Groenlandia independiente y, más específicamente, cómo se financiará.

Independentista, socialista y ecologista

elecciones groenlàndia / electomania.es

Fuente: electomania.es

 

El partido ganador de las elecciones ha sido Inuit Ataqatigiit (IA). Con el 36,6% del voto popular, el grupo socialista, independentista y ecologista triunfa en los comicios por segunda vez en 40 años, prometiendo la clausura de la mina. Desde la convocatoria, todo apuntaba que IA lideraría los resultados, ya que su campaña defiende que «la mejor manera de ganar independencia es mejorar la producción de alimentos».

Por otra parte, los socialdemócratas Siumut, que también son independentistas, han conseguido el 29.4% del voto. Para ellos, la clausura de la mina significaría una mayor dependencia en los 200 millones de euros que Dinamarca destina a la isla en sus presupuestos anuales. Erik Jensen, exministro de Minería y líder del partido, defiende en cambio la explotación de estos recursos como fuente rápida de recursos y capacidad de autogestión.

Para las fuerzas de izquierdas, que en total superan el 65% del voto, el futuro económico del país se podrá basar en la exportación de arena, abono natural, el turismo, la agricultura y la pesca, que actualmente supone gran parte de su PIB y el 90% de sus exportaciones.