El arzobispo emérito sudafricano Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz de 1984 por su activismo contra el régimen de segregación racista del apartheid, ha muerto este domingo a los 90 años. Así lo ha comunicado el presidente del país, Cyril Ramaphosa, que ha descrito la defunción como "otro capítulo de duelo durante el adiós de nuestra nación a una generación de destacados sudafricanos que nos dejaron una Sudáfrica liberada".

Tutu ha fallecido este domingo en Ciudad del Cabo, donde ejerció el arzobispado. El eclesiástico se retiró de la vida pública el año 2010, aunque ha seguido trabajando desde entonces en diferentes cuestiones, como la corrupción en la élite política de Sudáfrica. Era el último galardonado sudafricano del Premio Nobel de la Paz.

Tutu y el independentismo catalán

Miembro de la Iglesia anglicana, fue ordenado sacerdote el año 1960. Fue obispo de Lesoto entre 1977 y 1978, secretario general del Consejo Sudafricano de las Iglesias entre el año 1979 y en 1984, obispo de Johannesburgo el año 1984 y arzobispo de Ciudad del Cabo entre 1985 y el año 1995. Entonces, se convirtió en jefe de la Iglesia anglicana de Sudáfrica, la primera persona negra que ocupó el cargo. De 1987 en 1997, fue presidente del All Africa Conference of Churches (en castellano, Conferencia de Iglesias de Toda Àfrica) y rector de la Universidad de Cabo Occidental.

Por su lucha incansable contra el apartheid y a favor de una reconciliación entre blancos y negros, recibió el premio Nobel de la Paz el año 1984. A parte, recibió muchos premios y títulos honoríficos, entre los cuales encontramos el de doctor honoris causa de la Universidad Pompeu Fabra en el año 2000, el Premio Internacional Carlemany en 2008 y el Premio Internacional Catalunya en el año 2014, este último de la mano del president catalán Artur Mas. En este sentido, mostró públicamente su apoyo al referéndum de 2017: en recibir el galardón, Tutu defendió que los catalanes puedan decidir su futuro y pidió diálogo al Gobierno porque, según dijo, "las partes deberían debatir la mejor manera de conseguir la independencia". En el mismo año 2014, firmó el manifiesto Let Catalans Vote impulsado por Òmnium Cultural. Su presidente, Jordi Cuixart, ha calificado a Tutu de "faro de la humanidad, para no perder la fe dentro de tanta desdicha".

Desmond Tutu con el president Artur Mas, después de recibir el Premio Internacional Catalunya 2014 / Govern

El adiós de Puigdemont

Es por esto que algunos líderes independentistas han lamentado su defunción, como el president Carles Puigdemont. "Descanse en paz Desmond Tutu. Su palabra fue más poderosa que las armas. Y abrió caminos que parecían imposibles de recorrer. Dio esperanza a millones de personas en momentos tenebrosos", ha expresado en las redes sociales. Por su parte, el conseller Jordi Turull ha calificado al eclesiástico como "una grandísima persona, que desde una gran empatía y a su vez una firmeza granítica, defendió siempre a los más oprimidos y los derechos de los pueblos a ser libres". El conseller Josep Rull ha asegurado que "muere un hombre bueno que supo extender los valores de la paz, la reconciliación y el perdón en los contextos más sangrantes, construyendo puentes si defallar nunca". "Un defensor a ultranza de los derechos y las libertades fundamentales. Un apóstol de la esperanza", ha añadido.

La presidenta Laura Borràs ha recordado que en el año 2000 recibió la Medalla d'Or del Parlament, donde "hizo énfasi en las luchas pacíficas que consiguen derechos y libertades". De hecho, "refiriéndose al palau del Parlament, Tutu afirmó que había un gran simbolismo en este edificio, que fue fuente de opresión e injusticia para nuestra gente, pueda ser fuente de democracia, semilla de la democracia de la que las leyes justas pueden surgir". Finalmente, ha destacado que el Nobel de la Paz "hizo también referencia a las lenguas como riqueza".

El presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, ha descrito Tutu como un "patriota sin igual" y como "un hombre de intelecto extraordinario" que mantuvo su integridad en la lucha contra "las fuerzas del apartheid". Incluso en democracia, mantuvo el "vigor" y la "vigilancia" del liderazgo para exigir responsabilidades a las instituciones, según ha destacado Ramaphosa. De la misma manera, el actual arzobispo de la Ciudad del Cabo, Thabo Makgoba, ha recordado que Tutu quería que todos los humanos vivissin en "libertad, paz y alegría". "Llamó por| su nombre el mal allí donde lo vio, sin importar quién fuera quien lo cometía. Desafió los sistemas a que degradaban la humanidad. Podía desatar una furia justa sobre aquellos quienes inflingían sufrimiento. Cuando los autores del mal experimentaban un verdadero cambio en el corazón, seguía el ejemplo de Dios y estaba dispuesto a perdonar", ha agregado.

Su trayectoria ha sido marcada por una constante defensa de los derechos humanos, algo que lo llevó a desmarcarse en numerosas ocasiones de la jerarquía eclesiástica para defender abiertamente posiciones como los derechos de las personas homosexuales o la eutanasia. En los últimos años se había mantenido alejado de la vida pública por su avanzada edad y los problemas de salud que sufría desde hacía años, incluido un cáncer de próstata. Su última aparición pública fue en unas imágenes de vídeo emitidas el día del suyo 90 cumpleaños, el pasado 7 de octubre, que su fundación celebró en una conferencia virtual donde participaron el máximo líder espiritual tibetano, el Dalalai Lama; la activista de Mozambique y viuda de Nelson Mandela Graça Machel; o la expresidenta irlandesa Mary Robinson.
 

Imagen principal: El arzobispo sudafricano Desmond Tutu / Efe