El pontífice ha reformado el Libro VI del Código de Derecho Canónico sobre las sanciones penales en la Iglesia católica. La reforma destaca por la inclusión de la pederastia como delito contra la dignidad de las personas. Según se especifica al artículo 1398 del Código podrá ser castigado con la privación del oficio y con otras justas penas, sin excluir, si el caso lo requiere, la expulsión del estado clerical", según recoge Efe.

La reforma incluye también la posesión o la creación de pornografía, sobre la cual recaen las mismas penas que contra la pederastia. La reforma entrará en vigor el 8 de diciembre de 2021 y pretende "responder adecuadamente a las exigencias de la Iglesia católica en todo el mundo resultaba evidente la necesidad de revisar también la disciplina penal promulgada por san Juan Pablo II, el 25 de enero de 1983," ha explicado el papa Francisco.

También se incorporan mejoras técnicas, en especial, en los ámbitos del derecho a la defensa, la prescripción de la acción penal y la inclusión de criterios más precisión para determinar las penas. Esta última favorece las decisiones respeto "a los delitos que causan mayor daño y escándalo a la comunidad", ha asegurado el Papa. Además, se incorporan nuevos posibles casos delictivos como por ejemplo la violación del secreto pontifico o la censura en la recepción de las órdenes sagradas, algunos de los cuales se rechazaron en la reforma del año 1983.

 

El papa Francisco recibe a un grupo de escolares en el Vaticano / Efe

Una larga espera

La revisión y modificación del Código de Derecho Canónico lleva en marcha desde 2007, con el papa emérito Benedicto XVI. Más de una década después concluye el proceso de reforma que ha levantado polémica y tensiones en el seno de la Iglesia católica. Tanto es así, que se trata de la primera actualización del Código en los últimos 40 años.

La modificación que se ha aprobado busca proteger la comunidad y crear nuevas herramientas para prevenir posibles delitos. También incluye medidas para intervenir a tiempo cuando se cometa un delito, para que este no vaya a más y no se cronifique dentro de la comunidad. La reforma es profunda y no se limita solo a la comunidad clerical. Se ha establecido la posibilidad de extender las penas de suspensión a todos los fieles.

 

Imagen principal: El papa Francisco a su llegada a Roma / Efe