Portazo. El primer ministro británico, Boris Johnson, endurece la política migratoria: el Reino Unido deportará a Ruanda a solicitantes de asilo que crucen el canal de la Mancha. La medida forma parte del nuevo plan para combatir "la inmigración ilegal" y las bandas delictivas que la promueven, que también incluye el hecho de que la Marina británica (Royal Navy) asuma el control de las aguas británicas del canal entre Francia e Inglaterra para impedir que botes de refugiados puedan llegar hasta la costa del sureste inglés. Sin embargo, la oposición británica y organizaciones no gubernamentales que ayudan a los refugiados ya han criticado fervientemente este nuevo plan, que tiene como objetivo reformar el sistema de inmigración para recuperar el control de las fronteras del Reino Unido después del Brexit.
Durante un discurso este jueves en la localidad de Lydd (sureste de Inglaterra), Johnson ha explicado que la finalidad de todo es enviar "un mensaje claro" a las organizaciones que se lucran con la desesperación de los solicitantes de asilo que buscan una "vida mejor". "Pero son estas esperanzas, estos sueños, los que han sido explotados. Estos viles traficantes de personas están abusando de los vulnerables y convirtiendo el canal de la Mancha en un cementerio acuático, con hombres, mujeres y niños ahogándose en botes no aptos para navegar y asfixiándose en camiones refrigerados", ha subrayado.
Seis meses de negociación
El líder conservador ha anticipado que el plan no podrá aplicarse a corto plazo, ya que puede ser demandado ante las cortes británicas por las organizaciones que trabajan con refugiados. "Nuestra compasión puede ser infinita, pero nuestra capacidad para ayudar a la gente no lo es. No podemos pedirle al contribuyente británico que escriba un cheque en blanco para cubrir los costes de cualquiera que quiera venir a vivir aquí", ha dicho. En este sentido, ha añadido que "la inmigración descontrolada supone una sobrecarga para las escuelas locales, la vivienda y el transporte público".
Johnson ha explicado que hace seis meses que su gobierno trabaja con Ruanda sobre este sistema de inmigración. De hecho, la ministra de Interior, Priti Patel, está este jueves en Kigali (la capital de Ruanda) para firmar el acuerdo con las autoridades ruandesas. Cuando se ponga en marcha el plan, los trámites de asilo se harán en este país miembro de la Mancomunidad Británica de Naciones (Commonwealth). De esta manera, el Reino Unido concederá unos 125 millones de libras (unos 150 millones de euros) durante un periodo de pruebas destinado a hombres solteros. El año pasado fueron 28.526 los solicitantes de asilo que cruzaron el canal de pequeños botes, 8.404 más que el año pasado. Este año se espera que la cifra supere los 30.000. Con todo, los partidos de la oposición y las oenegés han criticado el programa porque es costoso, "cruel y mezquino".