El presidente ruso, Vladimir Putin, ayer reconoció la independencia de los óblasts ucranianos de Donetsk y Lugansk y decidió enviar tropas para "pacificar" la zona. También solicitó a la cámara alta del Parlamento ruso que las fuerzas armadas puedan actuar en el extranjero. Ahora, la presidenta del Senado, Valentina Matvienko, ha dado luz verde a Putin para que maniobre y mueva tropas en el extranjero. Lo que acerca más que nunca la temida invasión de Ucrania. El presidente ruso dio ayer la orden para enviar tropas a las repúblicas ucranianas rebeldes para ejercer funciones de pacificación. Así consta en los decretos firmados este lunes pasado por el Kremlin, de manera que militares rusos se desplegarán en los territorios de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk (reconocidas este lunes por Rusia).
Putin atendió a las demandas de las regiones separatistas ucranianas, reconoció como independientes a los oblatos de Donetsk y Lugansk, para continuación enviar a sus tropas al territorio rebelde. Los Estados Unidos, la OTAN y la Unión Europea no tardaron en reaccionar y amenazaron con sancionar duramente Rusia por sus movimientos expansionistas. El líder de la república popular de Donetsk, Denís Puixilin, ha dicho hoy a TV3 que no descartan ampliar las fronteras de su estado independiente reconocido por el Kremlin. Puixilin ha asegurado que su intención es hacerse con todo el territorio entero de las dos regiones de Lugansk y Donetsk, ya que, actualmente, sólo está bajo su control una parte.
Los líderes de las repúblicas autoproclamadas independientes y reconocidas por Putin quieren controlar todo el Donbás por completo, es decir, todo el territorio de Lugansk y de Donetsk. Actualmente, los rebeldes prorrusos sólo tienen bajo su poder la mitad del territorio del Donbás. Hay que recordar que en las dos regiones en el 2014 se produjo un referéndum de independencia. Este fue un procedimiento jurídico por el cual se sometió a voto popular la cuestión de la proclamación de la "independencia estatal" de Donetsk y Lugansk. Estos referéndums se produjeron en un contexto de protestas prorrusas en el sur del país en contraposición de la revuelta europeísta en la capital de Kiev. El gobierno interino ucraniano no reconoció la legitimidad de las consultas, los Estados Unidos y la Unión Europea tampoco.
El líder de la república de Donetsk ha asegurado: "En la Constitución de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, la frontera está definida por el territorio donde se celebró el referéndum en el 2014". A estas consultas participó casi toda la población, el 74,87%. La victoria del sí a la independencia fue abrumadora, del 89,07%, delante de sólo el 10,19% de contrarios a la separación. Es por eso que Puixilin quiere hacerse con todo el territorio entero del Donbás (Donetsk y Lugansk): "Eso quiere decir la región entera de Donetsk y la región entera de Lugansk. El tiempo dirá realmente como|cómo será y depende mucho de los pasos de que haga Kiev."
La UE responde con sanciones
La acción ha sido muy mal recibida por las fuerzas occidentales, que ya preparan sanciones. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha asegurado que "el reconocimiento de dos territorios separatistas a Ucrania es una violación flagrante de la ley internacional, la integridad territorial de Ucrania y de los acuerdos de Minsk." "La Unión Europea y sus socios reaccionarán con unidad, firmeza y con determinación en solidaridad con Ucrania", ha manifestado Von der Leyen en un tuit publicado justo después del mensaje de Putin. El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, ya había avisado de que si el Kremlin reconocía la independencia de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk, el bloque comunitario reaccionaría "con un frente unido y fuerte". "Estamos dispuestos a reaccionar con un frente unido y fuerte, si decide hacerlo", ha indicado.