La administración de Joe Biden ha dicho basta. Los Estados Unidos de América (EE.UU.) han incluido en su lista negra de empresas con exportaciones prohibidas en su territorio a la compañía israelí NSO Group, la responsable de la creación y comercialización del software espía Pegasus, el cual ha servido para espiar a activistas, defensores de los derechos humanos, políticos y cargos electos de todo el mundo. Sin ir más lejos, este fue el software utilizado para espiar al expresident del Parlament y actual conseller Roger Torrent y el concejal del Ayuntamiento de Barcelona Ernest Maragall.
El gobierno estadounidense ha justificado incluir la empresa israelí en esta lista por suponer una amenaza a la seguridad nacional. ¿Por qué? Porque cualquier teléfono infectado por Pegasus se convierte en la puerta de entrada para espiar toda la vida del usuario. Un dispositivo afectado por este software permite leer todos sus mensajes, acceder a las fotografías, monitorear su localización e incluso utilizar la cámara impunemente.
"Estas herramientas han permitido a gobiernos extranjeros aplicar represión transnacional, que es la práctica de gobiernos autoritarios para seguir a disidentes, periodistas y activistas fuera de sus fronteras para silenciar la disidencia", ha expuesto el gobierno americano en el comunicado en que sentenciaba a la empresa. Las autoridades americanas están principalmente preocupadas por las actuaciones de este software en su territorio, donde en julio se destapó que el software espía había infectado dispositivos de periodistas y activistas.
NSO Group ha respondido a la decisión de los Estados Unidos expresando su consternación, pero sin darse por vencidos. El portavoz de la compañía ha asegurado que esta "trabajará para garantizar que esta decisión se modifique", según recogen varios medios.
Lucha contra el espionaje: tres empresas más en la lista
La compañía NSO Group no es la única que ha caído en esta embestida del gobierno Biden-Harris contra el espionaje. También han caído las empresas Computer Security Initiative Consultancy PTE (COSEINC), Positive Technologies y Candiru. Esta última, también de origen israelí, fue la que creó el software que espió al president Carles Puigdemont y a personas de su entorno. El software de Candiru se vende en paquetes de piratería como un servicio a agencias gubernamentales, segundo ha confirmado Windows.
Este es un movimiento contundente del gobierno demócrata que muestra su compromiso con la lucha contra el ciberespionaje, la cual puede arrastrar conflictos en la política exterior norteamericana.
Sin apuntar a los Estados
En su comunicado, el gobierno de Biden ha sido extremadamente cuidadoso de no implicar a los países de origen de las compañías en la acción de estos. Es más, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, ha especificado que los EE.UU. no toman ninguna medida contra el gobierno israelí, ruso ni de Singapur.
Una moderación que ha sido rechazada por algunos expertos. "El grupo NSO no habría podido funcionar sin el conocimiento y la tolerancia del gobierno israelí, incluso el aliento," ha declarado a David Kaye, antiguo relator especial de las Naciones Unidas, en el Washington Post. "Así que parte de eso no se puede ver solo como el gobierno de los EE.UU. haciendo una declaración sobre esta empresa en particular; también es una declaración sobre el gobierno israelí, sus controles de exportación y la participación en la represión transnacional," ha sentenciado.
El diario americano señala que esta decisión abre una brecha en las relaciones entre los Estados Unidos e Israel, donde el NSO Group es una compañía muy valorada.