Cuando faltan siete días para las elecciones federales a Alemania, la mayoría de las encuestas coinciden en qué partido será la fuerza más votada: la Unión Democristiana (CDU) de Friedrich Merz tiene todos los números de ser el ganador del 23 de los comicios. Los claros perjudicados, según los sondeos son el FDP. A pesar de todo, el foco no está puesto en la victoria de la CDU, que también, sino en las expectativas de voto de la ultraderecha de Alternativa por Alemania (AfD): los sondeos les otorgan un importante porcentaje de votos mientras el cordón sanitario que el resto de partidos habían marcado con ellos se resquebraja, después de dar apoyo a la CDU para establecer medidas restrictivas con la inmigración.

Todos los sondeos coinciden en que los conservadores de la CDU ganarán las elecciones federales del 23 de febrero: la encuestadora alemana INSA los otorga el 30% de los votos a su encuesta del 3 de febrero, en la misma línea que la encuestadora IPSOS (29%) y Forsa (28%), según recoge el portal Electomania. Las tres encuestas también coinciden en un resultado histórico para el AfD: será la segunda bastante política en los comicios según el sondeo de INSANA (22%), el de IPSOS (21%) y el de Forsa (20%). Doblarían así sus resultados de las últimas elecciones: en el 2021 consiguieron el 10% de los votos y quedaron en quinta posición.

Los socialdemócratas (SPD) se hundirían hasta la tercera posición, sumando –según los tres sondeos– un 16% de los votos. Sus, hasta ahora, socios de gobierno, los Verdes, obtendrían en torno al 13% de los votos. Los más castigados de la coalición serían los liberales (FDP): las tres encuestas los sitúan en torno al 4% de los votos después de ser cuarta fuerza en el 2021 con el 11% de los votos. Las tres fuerzas de la coalición semáforo pasarían de sumar el 51% de los votos a duras penas el 32%, cosa que elimina cualquier opción de reeditar su alianza. Para quién peor podrían ir las cosas son para la izquierda anticapitalista Die Linke (5% de los votos, según las encuestas) y la ultraizquierda populista de BSW (en torno al 4% de los votos). Ambas formaciones quedan lejos de cualquier opción de jugar un papel clave a la elección del próximo canciller.

La posición de la CDU: reducir los impuestos y detener la migración ilegal

El bloque de centroderecha alemán de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y su partido hermano bávaro, la Unión Social Cristiana (CSU), votaron por unanimidad a favor de un programa electoral que promete reducir los impuestos y detener la migración ilegal, destaca el portal Deutsche Welle. En este sentido, la CDU/CSU quiere reducir el impuesto sobre la renta y rebajar gradualmente los impuestos en las empresas hasta el 25%. Promete no recortar las pensiones de jubilación y pretende incentivar los que quieran seguir trabajando más allá de los 67 años, cosa que les permitiría ganar hasta 2.000 euros en el mes, libres de impuestos además de su pensión. Las ideas del candidato a canciller de la CDU, Friedrich Merz, costarán miles de millones de euros y serán extremadamente difíciles de implementar si la CDU/CSU se niega a suavizar el "freno de la deuda". Consagrado a la Ley Fundamental alemana, el freno limita la nueva deuda a un máximo de 0,35% del producto económico (PIB).

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Líder de la CDU, Friedrich Merz / Efe

De esta manera, la CDU/CSU es favorable a ampliar la videovigilancia en lugares públicos e introducir el reconocimiento facial automático en estaciones de tren y aeropuertos. Quieren que Alemania asuma más responsabilidades a la OTAN y que dedique más del 2% del PIB en defensa. Aplauden el despliegue de amplios sistemas de armas en Alemania y prometen apoyar Ucrania "con todos los medios diplomáticos, financieros y humanitarios necesarios y con el envío de armas". Aparte, la CDU/CSU promete seguir dando apoyo militarmente en Israel y aboga por una solución de dos Estados en el Oriente Medio. Con respecto a China, la CDU/CSU habla de una "competencia sistémica", con la cual pretende mantener unas relaciones económicas estrechas y, al mismo tiempo, reducir las dependencias económicas críticas y reforzar la protección de las infraestructuras críticas y de las tecnologías relevantes para la seguridad. La CDU/CSU quiere continuar comprometida en el Sur global y a la región Asia-Pacífico por contrarrestar la creciente influencia de China y Rusia.

¿Qué quieren los socialdemócratas?

Los socialdemócratas (SPD) se quieren endeudar más para disponer de miles de millones de euros para inversiones urgentes, por ejemplo en infraestructuras en crisis. El partido también quiere ofrecer incentivos fiscales a las empresas que quieran aumentar las inversiones. En línea con el mensaje a los votantes de bajos ingresos, el SPD quiere que los superricos con activos de más de 100 millones de euros paguen un impuesto sobre el patrimonio. El canciller Olaf Scholz anunció que volverá a aumentar el salario mínimo legal, esta vez de 12 a 15 euros. En materia de pensiones, el SPD quiere garantizar a largo plazo un nivel de pensiones al menos del 48%. El partido rechaza tanto los recortes de pensiones como el aumento de la edad de jubilación, que actualmente es de 67 años. El SPD quiere trabajar para acelerar los procedimientos de asilo y también promete trabajar para conseguir acuerdos migratorios integrales "que abran la inmigración a la formación y al trabajo" y que incluyan acuerdos firmes para que los países acepten de nuevo a sus ciudadanos que tengan que abandonar el país, según destaca el mismo portal alemán.

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El canciller Olaf Scholz / Efe

Los planes del SPD en materia de política exterior y de seguridad se centran en el apoyo a Ucrania contra la guerra de agresión de Rusia y el despliegue de armas norteamericanas de medio alcance en el oeste de Alemania. El SPD quiere seguir apoyando Ucrania, también con armas y equipamientos. El SPD está claramente comprometido con la OTAN y quiere destinar al menos el dos por ciento del producto interior bruto a la defensa. Su objetivo a largo plazo es crear una Unión Europea de Defensa y construir una industria de defensa europea competitiva. En relación con China, el SPD quiere aplicar una política europea coordinada respecto de China, que considera "socio, competidor y rival sistémico".

Los verdes, con la mirada al cambio climático

Los Verdes, en los últimos tres años, han recibido críticas por sus planes de protección del clima. Ahora, el partido ha suavizado sus exigencias de reducción de gases de efecto invernadero en comparación con la campaña electoral del 2021. En este sentido, los Verdes también quieren reformar el freno de la deuda, introducir subvenciones para los coches eléctricos y proponer un nuevo "fondo ciudadano" para garantizar las pensiones. Este fondo también se tendría que alimentar con dinero estatal. Y quieren un impuesto a los multimillonarios.

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Robert Habeck, líder de los verdes / Europa Press

El punto clave de las elecciones, sin embargo, es la política de inmigración. En relación, pues, en esta materia, los Verdes quieren defender el derecho fundamental al asilo, y también las obligaciones internacionales en virtud de la Convención de Ginebra sobre los Refugiados, la protección subsidiaria y el Convenio Europeo de Derechos Humanos. Se oponen a las deportaciones en regiones en guerra y crisis. Los Verdes, tal como recoge la DW, se oponen a los planes de externalizar los procedimientos de asilo en países terceros, señalando las dificultades para implementar estos acuerdos entre el Reino Unido y Ruanda y entre Italia y Albania.

AfD: la ultraderecha podría ser la segunda fuerza

Según el manifiesto electoral, el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) quiere que Alemania abandone la UE y abolir el euro. El partido, que podría convertirse en la segunda fuerza del país según las encuestas, niega la "existencia de un cambio climático provocado por el hombre" y aboga por la creación de nuevas centrales eléctricas de carbón y nucleares, así como por la recuperación de la importación de gas natural ruso. La AfD también quiere controles fronterizos más estrictos que expulsen a los refugiados que hayan pasado por otros países de la UE para llegar a Alemania. Quieren parar a los solicitantes de asilo en la frontera mientras se procesan las solicitudes. Para la AfD, la cuestión de la seguridad interior está estrechamente ligada a la política migratoria. Por eso, en este contexto, pide, por ejemplo, que se proceda a la detención preventiva de personas y que se reduzca la edad de procesamiento penal de 14 a 12 años.

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Alice Weidel, líder de la AfD / Efe

La AfD pretende aumentar la tasa de natalidad con incentivos financieros y conseguir así un cambio demográfico en Alemania mediante una "política familiar activadora", resume el portal. Con respecto a los pagos en la seguridad social, la AfD quiere que los extranjeros solo puedan acceder si han trabajado en Alemania durante al menos diez años y han pagado contribuciones a la seguridad social.

El FDP, centrado en la economía

Como los Verdes, el Partido Democrático Libre (FDP) también reclama una reforma del sistema de pensiones alemán. Así, el partido aboga por la introducción de un sistema de pensiones basado en acciones. Las exigencias del FDP de una política económica radicalmente diferente fueron la causa principal de la ruptura del gobierno de coalición con el SPD y los Verdes en noviembre. Muchas de estas reivindicaciones han aparecido ahora al programa electoral del partido: aliviar la carga fiscal de las empresas con precios energéticos elevados y menos burocracia.

Die Linke, focalizado en los impuestos para los más ricos

El partido de izquierdas, Die Linke, quiere introducir impuestos más altos para los ricos, incluido un impuesto a las sucesiones del 60% para aquellos con una herencia de 3 millones de euros o más. También quiere aumentar el salario mínimo en 15 euros y las pensiones al 53% (desde el 48% actual) del ingreso neto del beneficiario. En este sentido, también quiere reestructurar el sistema de pensiones. En el futuro, todos los ciudadanos tienen que contribuir a un sistema público, incluidos los funcionarios, los autónomos y los diputados. Se pretende reducir la edad de jubilación a los 65 años, o incluso a los 60 años para los que hayan trabajado y cotizado al menos durante 40 años.