Brasil celebra elecciones este domingo 2 de octubre y escogerá a su próximo presidente. Se trata de unas de las elecciones más trascendentales de los últimos años y es que Jair Bolsonaro, actual presidente del país, podría salir por la puerta pequeña (y Luiz Inácio Lula da Silva entrar por la puerta grande). Eso es lo que dicen los sondeos. Brasil es la economía mayor de la América Latina y la cuarta democracia mayor del mundo y hay cierta preocupación por lo que pueda pasar antes o después del día de las elecciones. Todo porque Jair Bolsonaro, del Partido Liberal (PL), ha extendido dudas sobre si reconocerá la eventual derrota, que vaticinan todas las encuestas. Unas dudas que no hacen más que acentuarse en la medida que se acerca la fecha de las elecciones. Los ataques del líder de la ultraderecha contra el sistema electoral han sido crecientes desde que asumió el poder en el 2018 y el mismo Bolsonaro, con declaraciones ambiguas, ha atizado al fantasma de un golpe de estado. Precisamente por este motivo, se pone énfasis en la importancia de estos comicios y al hecho de que Brasil pueda consolidar su democracia.
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El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se sitúa al frente de los sondeos, según una encuesta del instituto demoscópico IPEC. Lula, que congrega el 47% de intención de voto (48% según un sondeo más reciente avanzado por la Agencia EFE y que recoge Newtral), ha consolidado así una ventaja de al menos 16 puntos porcentuales sobre el rival principal, el actual presidente Jair Bolsonaro, que registra un 31% a la intención de voto.
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Así pues, Lula llega a esta primera vuelta de las elecciones en Brasil con la tranquilidad de dominar las elecciones. Siempre, claro está, según los sondeos. Bolsonaro habría estado siempre, en segundo lugar, aunque, por lo visto, ha ido recortando distancias. Lula, del Partido de los Trabajadores (TP), se ve cerca del 50%, una cifra que, de ser superada, evitaría la segunda vuelta de las elecciones. A pesar de todo, no se fía.
Y es que Lula ya capitaneó al Brasil hace años y sabe cómo funcionan estas cosas. El año 2002 obtuvo una victoria electoral para acabar siendo investido en enero del 2003. En el 2006 venció otra vez y consiguió un nuevo mandato que acabó en diciembre del 2010.
Lula da Silva pasó 580 días en la cárcel
Después de pasar 580 días en la cárcel y no poder participar en las elecciones presidenciales del 2018, la justicia del Brasil revocó las condenas recibidas por la llamada operación Lava Jato. ¿Por qué pasó eso? Hay que recordar que Lula había sido declarado culpable de delitos de corrupción pasiva y lavado de dinero. El año 2021, sin embargo, el Tribunal Supremo anuló estas condenas porque, supuestamente, no se habían respetado sus derechos durante el proceso, recuerda la BBC.
El juicio lo capitaneó el juez Sérgio Moro. Pero Moro fue nombrado el año 2019, ministro de Justicia por el ganador de las elecciones del 2018, es decir, Bolsonaro. Un hecho que le ha encajado estupendamente para manifestar su inocencia y afirmar que fue perseguido durante el Lava Jato. El proceso judicial fue anulado porque se expuso que Moro no había actuado de manera imparcial.
A pesar de haberse declarado nulo, los críticos de Lula constatan que todavía no se ha probado ni demostrado la inocencia de Lula. Sin embargo, muchos resaltan que, a pesar de haber otros candidatos más centristas, la batalla electoral es entre Lula y Bolsonaro.
Imagen principal: el expresidente y candidato a las elecciones del Brasil 2022, Luiz Inácio Lula da Silva / Efe