Las elecciones que Escocia celebra este jueves se han convertido en un paso clave para que el independentismo consiga el segundo referéndum de independencia. Lo más importante de los comicios no es saber quién ganará o si el Partido Nacional Escocés (SNP) podrá formar gobierno, sino qué apoyo tendrá —junto con el resto de formaciones independentistas— para presionar a Downing Street para hacer el segundo referéndum de independencia.
La última encuesta hecha por el YouGov va a favor del partido que lidera la primera ministra, Nicola Sturgeon, dándole unos siete diputados más de los que tiene actualmente. Es decir, el SNP pasaría de los 63 (actualmente tienen dos menos) a los 70 escaños, consiguiendo la mayoría absoluta en el Parlamento de Holyrood y pudiendo gobernar en solitario.
También crecerían los ecologistas, que pasarían de 6 a 10 diputados y se convertirían en la cuarta fuerza en Holyrood. En cambio, el intento del ex primer ministro Alex Salmond para dar una alternativa al independentismo escocés quedaría en un fracaso, consiguiendo sólo el 3% del votos; un resultado insuficiente para entrar en Holyrood. Sin embargo, con estos resultados el independentismo conseguiría 80 de los 129 escaños de la Cámara escocesa, siendo esto el 62% del total.
Sea como sea, todo parece indicar que el unionismo perderá todavía más apoyos y quedará en una minoría incapaz de frenar el avance de Sturgeon. Tres encuestas indican que los conservadores seguirán liderando la oposición, pero con menos apoyo: les dan entre 24 y 29 escaños. Si bien los sondeos discrepan sobre la recuperación del Partido Laborista, todos lo relegan como tercera fuerza. Menos apoyos tendrán todavía los liberales, que se quedarán con el 6% de los votos.
La hoja de ruta del independentismo escocés
Si las encuestas se cumplen y el independentismo escocés vuelve a demostrar que es mayoritario en las instituciones escocesas, lo primero que tiene previsto hacer Sturgeon es volver a pedir al gobierno británico un segundo referéndum de independencia.
¿Pero qué pasará si Londres se opone? La respuesta no está nada clara. Evidentemente el gobierno escocés reaccionará duramente porque ya ha advertido que una nueva negativa no tiene "ninguna justificación moral ni democrática". Ahora bien, Sturgeon se ha mostrado ambigua sobre qué camino tendría que emprender su Ejecutivo.
Por una parte, el SNP apuesta para introducir igualmente una ley en el Parlamento de Holyrood para hacer "las preparaciones necesarias para que el referéndum se pueda hacer e implementar una vez se acabe la pandemia". Pero por la otra, Sturgeon se ha mostrado reticente a seguir el ejemplo catalán. Ahora hace unos meses aseguró que "Catalunya es la prueba que si el proceso no tiene legitimidad y legalidad no puede conducir a la independencia".
Así pues, la idea del SNP de hacer un 'referéndum' sin acuerdo con Londres se enmarca en una ley aprobada por el Parlamento escocés que permitiría al país hacer una consulta, pero sin efectos legales.
La última salida de todo esto pueden ser los tribunales. Todo dependerá del gobierno de Boris Johnson, que puede impugnar la base legal del referéndum a la catalana o de la consulta. De todos modos y como señalan muchos expertos, no es el camino habitual por el cual transcurre la política británica.
Precisamente este miércoles, Johnson ha rechazado el referéndum y ha puesto de excusa la pandemia, aunque Sturgeon siempre ha defendido que la consulta se tendría que hacer después. "Creo que la mayoría de la gente de Escocia, la mayoría de todo el Reino Unido, siente que ..., a medida que salimos juntos de una pandemia, no es el momento de caer en una imprudencia y creo que es irresponsable celebrar un segundo referéndum", ha indicado Johnson.