El socialdemócrata Peter Pellegrini, secundado por el gobierno de coalición con complicidades con Rusia y Hungría, y el diplomático Ivan Korcok, apoyado por la oposición liberal y progresista que defienden ayudar militarmente en Ucrania, se disputarán la Presidencia de Eslovaquia en una segunda ronda el 6 de abril. Korcok ha recibido el 42,5% de los apoyos, delante del 37% de Pellegrini.
Desde su retorno al poder al frente de una coalición de populistas de izquierda y ultranacionalistas, el primer ministro Robert Fico, quien apoya a Pellegrini, ha reorientado la política exterior hacia una postura más favorable a Rusia y ha atacado instituciones independientes, como la judicatura, desmantelando la Fiscalía Anticorrupción que investigaba a altos cargos de la formación del jefe del gobierno. También ha hecho reformas en el Código Penal eslovaco que preocupan en la Unión Europea. En este contexto, la presidencia se convierte en una posición clave para controlar al poder ejecutivo. "El país no está bien y quiero que se mueva", dijo Korkoc después de conocer los resultados que le dan el paso a la segunda vuelta y haciendo referencia a las masivas protestas contra las últimas medidas del Ejecutivo de coalición.
"Eslovaquia ha perdido la brújula en política exterior", ha asegurado además el experimentado diplomático sobre el giro radical que ha supuesto dejar de apoyar militarmente en Ucrania desde la llegada al poder de Fico, a diferencia de lo que pasó en la anterior legislatura. La participación ha sido del 50%, ligeramente superior al 48% que hubo hace cinco años, cuando en la segunda vuelta pasaron la actual jefe de Estado, Zuzana Caputova, y el entonces vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic. Habrá que ver cuál de los dos candidatos será capaz de atraer el voto más nacionalista y radical que no ha conseguido verse representado en estos comicios, ya que, a pesar de las diferencias de ideario político, son muchos los puntos en que coinciden Pellegrini y Korcok, ha reconocido este último.
La trayectoria de Pellegrini: ruptura con Fico y con los socialdemócratas europeos
Pellegrini cuenta ya con una notable trayectoria: ha sido primer ministro y actualmente preside el Parlamento por segunda vez. Además, lidera su propio partido, La Voz ("Hlas"), después de haber sido ministro en varias ocasiones. Hlas es una escisión de la formación socialdemócrata Smer de Fico, el político que ha estado más tiempo al frente del gobierno en Eslovaquia y que en los últimos años, desde la pandemia, ha derivado en posiciones populistas, antimigratorias, reticentes con las vacunas y prorrusas. Rompieron el año 2020, después de colaborar durante dos décadas juntos. Pellegrini intentó proyectar una imagen de moderación en las elecciones legislativas del pasado septiembre, en las cuales quedó tercero. Sin embargo, entró al ejecutivo del suyo antiguo ninguno.
Tanto Smer ("Dirección") como Hlas fueron expulsados del Partido de los Socialistas Europeos para pactar una coalición de gobierno con la ultraderecha del SNS. La principal crítica que recibe Pellegrini es que no ha conseguido desvincularse de la figura de su anterior líder, Fico, y se desconoce si como presidente será capaz de poner límite en algunas de las reformas del Ejecutivo que vulneren el Estado de derecho.
Korcok, de 59 años, antiguo ministro de Exteriores y exembajador en los EE.UU., Alemania y delante de la UE, se presenta como el contrapeso al actual gobierno. Su perfil es próximo al de la presidenta saliente, el liberal Caputova, que ha puesto trabas a las polémicas reformas del gobierno. Además, fue clave en la adhesión de Eslovaquia a la OTAN y se erige como el defensor del Estado de derecho.
Caputova no repite en medio de amenazas contra su familia
Los eslovacos escogerán el 6 de abril al sucesor de Caputova, la primera presidenta mujer del país, después de que decidiera no buscar un segundo mandato. La presidenta saliente, que ha demandado al primer ministro Fico para tildarla de "traidora" y de "agente estadounidense", dice que no tiene la energía para continuar por otros cinco años, citando amenazas contra su familia en un periodo muy polarizado de la política eslovaca.
Caputova expresó su esperanza que su sucesor "represente bien en el país en el extranjero". Aunque el sitio presidencial es visto como ceremonial, con el poder ejecutivo en manos de Fico, su capacidad para vetar leyes hará que el sexto jefe de Estado de Eslovaquia -desde que el país naciera de la disolución pacífica de Checoslovaquia en 1993- tenga un papel clave.