Los centros electorales en el Líbano han abierto este domingo sus puertas para que los ciudadanos puedan acudir a votar a los comicios parlamentarios, los primeros en nueve años. Unos 3,5 millones de libaneses han sido llamados a las urnas desde las 07.00 hora local (04.00 GMT) hasta las 19.00 hora local (16.00 GMT) para elegir a los 128 diputados entre los 700 candidatos bajo una nueva ley electoral, aprobada en 2017, que establece un sistema proporcional, pero mantiene la división del electorado en función de su religión.
El Líbano es un mosaico de 18 comunidades religiosas y se rige por un sistema de reparto de poder en función de la confesión religiosa. La Presidencia corresponde a un cristiano maronita, la jefatura del Gobierno a un musulmán suní y la del Parlamento, a un chií; a la vez los 128 escaños de la cámara se reparten en dos partes iguales de 64 diputados cristianos y 64 musulmanes.
Una de las contiendas electorales más importantes, por el liderazgo de la comunidad suní, se desarrollará en Beirut, entre el actual jefe de Gobierno, Saad Hariri, y el ex primer ministro Nayib Mikati. La Corriente del Futuro, de Hariri, obtuvo el mayor grupo político en el Parlamento en las elecciones de 2009, pero no se puede prever si lo mantendrá, dada la floración de nuevas listas y por la crisis abierta el año pasado con la dimisión sorpresa, luego revocada, del primer ministro.
En el norte del Líbano, zona de mayoría cristiana, se presentan tres candidatos que, en función de sus resultados en las Parlamentarias, podrían postularse como aspirantes a la Presidencia en un futuro. El más destacado es Yebrán Basil, ministro de Exteriores y yerno del actual jefe de Estado, Michel Aoun; y se enfrenta al líder del grupo nacionalista Fuerzas Libanesas, Samir Geagea, y de la formación prosiria Marada, Suleiman Franyie.
Más clara está la disputa en territorio chií, donde el duopolio que forman la formación política Amal y el partido-milicia Hizbulá, mantienen su hegemonía desde hace décadas y solo son amenazados por algunas pequeñas familias políticas y candidatos independientes.
Los analistas no esperan grandes cambios en la configuración del Parlamento, hoy controlado por el grupo chií Hizbulá; la suní Corriente del Futuro y la cristiana Corriente Patriótica Libre, del presidente Michel Aoun, las tres principales fuerzas de este sistema que reparte cuotas entre las diferentes confesiones religiosas.
Por primera vez, estos comicios se celebran bajo el sistema proporcional y con voto preferencial bajo la supervisión, entre otros, de la Unión Europea (UE).
Estas elecciones llegan después de tres prolongaciones del mandato en el Parlamento, en 2013, 2014 y 2017, amparado por la inestabilidad política generada por la guerra en la vecina Siria.
Una vez selladas las urnas, comenzará el recuento que, según lo previsto, concluirá antes de la madrugada del lunes