El Reino Unido está llamado en las urnas para escoger 650 nuevos miembros de la Cámara de los Comunes, con unas encuestas que dibujan un panorama de dominio laborista que pocos habrían creído posible en la anterior votación del 2019. Los sondeos, de hecho, constatan que los laboristas podrían obtener la mayoría mayor.
A las elecciones del 2019, se vio como el entonces primer ministro Boris Johnson se aseguraba una sólida mayoría conservadora en el Parlamento y conseguía un mandato simbólico para "sacar adelante el Brexit". Lo hizo ganando importantes núcleos laboristas en el tradicionalmente obrero "cinturón rojo" del norte de Inglaterra y las Midlands. Desde entonces, el Reino Unido ha salido formalmente de la Unión Europea, pero la vida después del Brexit ha sido cruel para el Partido Conservador. Ahora, los laboristas y su líder, Sir Keir Starmer, esperan recuperar a los votantes pro-Brexit que perdieron en el 2019, mientras que el partido conservador del primer ministro Rishi Sunak se podría llevar el peor resultado electoral de sus 200 años de historia.
Así, algunos sondeos sitúan a los laboristas con una sorprendente ventaja de 20 puntos porcentuales sobre los conservadores, cosa que significa que Keir Starmer podría convertirse en primer ministro con una mayoría de más de 200 escaños, la mayor de cualquier gobierno de posguerra. Los conservadores, por su parte, se enfrentan a un descalabro electoral en algunas partes del país, y Sunak podría convertirse en el primer primer ministro en ejercicio de la historia que pierde su escaño, destaca el portal Euronews.
Los conservadores, en caída libre
El apoyo a los conservadores –que han gobernado durante los últimos 14 años con cinco líderes diferentes– no ha dejado de disminuir desde el 2021, cuando se iniciaron las investigaciones sobre las fiestas clandestinas en el número 10 de Downing Street, habilitadas por el primer ministro Johnson. Pero con Johnson no se acabó todo. Después de la caída de él, llegó una breve y fallida etapa al frente de Liz Truss, cuyo "mini presupuesto" hizo que la libra se desplomara a mínimos de 37 años. Sunak, antiguo banquero de inversiones, se puso rápidamente en su lugar, con las encuestas en la mano, no ha conseguido convencer a los votantes. Además de la economía, la vivienda, la sanidad y la inmigración ha sido uno de los temas más candentes de la campaña. Sunak ha intentado atraer a los votantes preocupados por el número de inmigrantes irregulares que llegan a las costas británicas condicionando su reelección en su controvertido plan de deportar a Ruanda a los solicitantes de asilo. Pero el plan de Ruanda ha provocado reacciones violentas y dividido la nación, e incluso el Tribunal Supremo lo ha declarado ilegal, recuerda el mismo portal. Sus defensores se han sentido frustrados porque su plan no ha conseguido elevarse dos años después.
La inmigración: uno de los puntos clave de los comicios
Como ha quedado patente, el control de la inmigración es una de las grandes batallas que entregan los partidos británicos. Ahora bien, cada uno difiere sobre la manera de parar un problema en que va más allá de las fronteras del país, por el aumento de las bandas criminales que se lucran con el tráfico de personas. Desde comienzo de año, más de 12.000 personas han cruzado en pateras el Canal de la Mancha, entre Inglaterra y Francia, y desde el 2018 el número supera las 120.000, según destaca Efe. Los dos principales partidos, el Laborista y el Conservador, ofrecen visiones muy diferentes para frenar el flujo de personas y convencer al electorado de que las opciones darán resultado.
En este sentido, los laboristas, favoritos, han prometido crear un nuevo Comando de Seguridad Fronteriza, con centenares de oficiales de inteligencia y policías, con qué esperan combatir las bandas criminales que operan del otro lado del canal. El líder laborista, Keir Starmer, ha criticado el modelo de Sunak, de enviar a Ruanda los migrantes que han cruzado de manera irregular las aguas del canal, y ha prometido poner fin al plan. El Comando trabajará a escala internacional y contará con nuevos poderes de naturaleza antiterrorista, para perseguir, desbaratar y arrestar a los responsables de este comercio, según los laboristas. Al mismo tiempo, Starmer espera alcanzar un nuevo acuerdo de seguridad con la Unión Europea (UE) para garantizar el acceso a información de inteligencia y permitir que la Policía británica trabaje con sus homólogos europeos. Con este plan, destaca también Efe, los laboristas esperan poner fin al método de usar hoteles para albergar a los solicitantes de asilo, cosa que supondrá un ahorro importante de millones de libras para el contribuyente.
El Partido Conservador de Sunak, en cambio, promete continuar con su plan de enviar a Ruanda a los inmigrantes que han entrado por vías ilegales, para considerar que hay que contar con un mecanismo disuasivo para frenar los peligrosos viajes a precarias embarcaciones. Según los tories, la única manera de parar completamente los barcos es eliminar el incentivo para entrar en Reino Unido.
Reform UK, que lidera el populista y antieuropeo Nigel Farage, es la formación con la posición más dura en materia de inmigración, cosa que lo ha ayudado a ganar apoyo en esta campaña en detrimento de los conservadores de Sunak. El objetivo de Farage, constata Efe, es aplicar una política de "inmigración neta cero", junto con la "tolerancia cero" hacia la inmigración ilegal. Para conseguirlo, Farage propone crear un nuevo Ministerio de Inmigración que pueda atender la situación migratoria.
Vivienda y sanidad
Si las políticas para frenar la inmigración ocupan un papel importante esta campaña electoral, en la otra cara de mi moneda hay la economía y, por lo tanto, la vivienda y la sanidad. Tal como destaca la BBC, la economía es el ámbito en que se han apreciado más los efectos del Brexit, con un impacto claramente negativo con independencia de la posición que se tenga ante la cuestión. Las cifras hablan por sí solas: según la Oficina para Responsabilidad Presupuestaria (OBR, por las siglas en inglés), que pertenece al ministerio de Finanzas, pero que es independiente, a causa del Brexit la productividad de la economía británica será a largo plazo un 4% menor que si hubiera estado en la Unión Europea. Y eso, como no podría ser de otra manera, repercute en todos los ámbitos.
Tal como destaca el portal Euronews, solo en Inglaterra hay más de 1,2 millones de familias en la lista de espera para una vivienda social y muchos no llegan a final de mes. En todos los rincones del país existe la sensación generalizada que los últimos gobiernos no han dado lo suficiente para amortiguar el impacto de las crisis en los bolsillos. En el Reino Unido, con datos que recoge el mismo portal, el PIB cayó un 0,1% y un 0,3% respectivamente los dos últimos trimestres del 2023. Pero la recesión duró poco, y la economía muestra ahora signos de recuperación. El PIB subió un 0,6% el primer trimestre de este año y la inflación se redujo hasta el objetivo del 2% fijado por el Banco de Inglaterra en mayo. Ahora bien, a pesar de los datos, aparentemente positivos, la inflación de los alimentos sigue siendo alta (10,1%), por lo cual muchas personas cuyos ingresos no han variado siguen sufriendo las consecuencias. Según la organización benéfica Trussell Trust, los últimos cinco años ha aumentado un 94% el número de personas que recurren a los bancos de alimentos en el Reino Unido.
Con respecto a la sanidad también hay malestar. El Brexit puso mucho énfasis en el hecho de que se enviaba mucho dinero a la Unión Europea. Un dinero que podría financiar el Servicio Nacional de Salud, NHS, por las siglas en inglés. La sanidad atraviesa unas dificultades financieras importantes con largas colas para ser visitados por especialistas o hacerse pruebas. Uno de los motivos es la falta de personal, pero no el único. Tal como dice la BBC, ya no se contacta personal de enfermería proveniente de otros países de la UE. Así, la misma cadena británica, constata que la enfermería se ha suplido con personal procedente de otros países, pero no se ha encontrado reemplazo alternativo para algunas especialidades médicas como cirujanos cardiacos y pulmonares, anestesistas o psiquiatras, entre los cuales ha habido grandes carencias.
¿Una victoria laborista mejoraría la relación con la UE?
Keir Starmer apostaría para estrechar lazos con la Unión Europea, pero sin hablar de volver: el Brexit como tal no es un tema que dé votos, y el candidato laborista lo asume. "No nos volveremos a unir a la UE, no nos volveremos a unir al mercado único ni a la unión aduanera", dijo al inicio de campaña. "No es nuestro plan", ha reiterado, asegurando además que este camino llevaría "confusión para los ciudadanos". Ahora bien, tal como destaca el 20 minutos, quiere una buena relación con Bruselas. De hecho, Starmer era partidario, en otros tiempos, de un segundo referéndum, aunque ya ha abandonado esta idea. Sí que vería con buenos ojos –al contrario que Sunak- la firma con la UE de un acuerdo de seguridad, en un mapa marcado por la invasión rusa de Ucrania. Pero pasar de las palabras a los hechos no parece sencillo, tal como avisan desde Político y recoge el mismo portal.
Por otra parte, Rishi Sunak es un convencido y orgulloso brexiter y mantiene que fue una buena noticia. También sabe, sin embargo, que ahora no es un buen momento para tirar esta cuerda. En este sentido, ha intentado suavizar muchos choques con la UE, aunque el Reino Unido no se ha desconectado nunca del todo de la Unión. Los tories asumen que no les ayuda una relación tirante con Bruselas, aunque el ala más dura sigue mandando en el partido.