El magnate Elon Musk anunció este martes que planea trasladar de California a Tejas la sede de Space X y X, las dos compañías que dirige, en rechazo a una nueva ley de identidad de género en California. El estado demócrata se ha convertido en el primero de Estados Unidos (EE.UU.) en prohibir las normas escolares que exigían al personal de los centros educativos revelar la identidad de género o la orientación sexual de un estudiante a cualquier otra persona, incluidos sus padres, sin su consentimiento. Ello pretende proteger a los menores LGTBI que viven en familias que no son tolerantes. Sin embargo, para Musk eso ha sido "la gota que colma el vaso", ha afirmado en un tuit donde anuncia su decisión de marcharse de California.
"Debido a esta ley y tantas otras que la precedieron, SpaceX trasladará ahora su sede a Texas", ha tuiteado Musk. El magnate afirma que ya advirtió al gobernador californiano Gavin Newsom, un peso pesado de los Demócratas, que con esta ley se marcharían familias y empresas. "Yo advertí al gobernador hace un año de que las leyes de este tipo forzarían a las familias y las empresas a salir de California para proteger a sus hijos", ha sentenciado Musk.
Elon Musk ha sido un ferviente altavoz en contra de los derechos de la comunidad trans desde hace años. Últimamente, cada vez ha adoptado posturas más radicales, desde que una hija suya transicionó y se ha distanciado de él, que no se hace responsable de su mala relación con la joven y afirma que todo es culpa de una educación demasiado liberal.
La voz de la extrema derecha en Silicon Valley
Elon Musk ha ido sosteniendo posiciones cada vez más de extrema derecha a lo largo de los años. El magnate de origen sudafricano siempre ha intentado influir en la política de Estados Unidos y del resto del mundo. Por ejemplo, acogió en Twitter la presentación de la candidatura a presidenciable republicano de Ron DeSantis, gobernador de Florida, y de los más radicales del Partido Republicano, y también ha dado apoyo públicamente a Javier Milei, actual presidente argentino. Su próximo paso en su influencia en el escenario global de la extrema derecha es dar 41,3 millones de euros al mes a la campaña de Donald Trump.
Su ideología ha inundado la plataforma Twitter (ahora X), que compró en 2022. Varios estudios muestran que ha habido un aumento del discurso de odio en la plataforma. Una de las entidades que denunció este aumento del discurso del odio fue Center for Countering Digital Hate (Centro contra el Odio Digital, o CCDH). La organización había constatado que los usuarios que pagaban para estar verificados (idea del propio Musk), tenían más manga ancha para difundir ideas de extrema derecha y discurso del odio sin consecuencias. Musk los demandó sin éxito.