El primer miembro del Ejército ruso que Ucrania juzgará por crímenes de guerra, el comandante de 21 años Vadim Shishimarin, ha comparecido este viernes ante el juez. La cita forma parte de la fase preliminar del proceso judicial, en el marco del cual se le acusa de asesinar con una ametralladora a un civil desarmado de 62 años en la región de Sumi a principios de la invasión rusa, hechos los cuales él mismo ha confesado en un vídeo grabado bajo custodia de las autoridades ucranianas. En la vista de hoy, el acusado solamente ha tenido la palabra para responder afirmativamente que comprende los delitos de los cuales se le acusa, aunque de momento no ha declarado si se considera culpable o inocente. Está previsto que el caso se reanude el miércoles de la semana que viene. Shishimarin se enfrenta a 10 o 15 años de prisión o a la cadena perpetua por violar leyes de la guerra y por asesinato premeditado.
Los hechos
Los hechos por los cuales Shishimarin será juzgado por la justicia ucraniana fueron descritos este miércoles por la fiscal general del país, Iryna Venediktova, en un mensaje en las redes sociales. Según su versión, Shishimarin formaba parte de una columna rusa que fue atacada por las fuerzas de la resistencia en la primera semana de guerra, y que se desbandó. El acusado, junto con cuatro soldados más, huyó en un vehículo robado a punta de pistola el pasado 28 de febrero, hasta llegar a Chupakhivka. Está allí donde descubrieron a la víctima, un hombre de 62 años desarmado que iba en bicicleta por la carretera y hablaba por teléfono. La fiscalía asegura que el grupo de soldados decidieron matarlo para evitar que el civil los delatara. Shishimarin disparó una ráfaga con una ametralladora Kalashnikov a través de la ventana del coche. El hombre murió de un tiro a la cabeza, a unos doce metros de su casa.
Soldados rusos pillados
Imágenes grabadas por cámaras de seguridad en las cuales ha tenido acceso la BBC muestran cómo un grupo de soldados rusos matan a tiros a dos hombres desarmados en un taller de bicicletas en las afueras de Kyiv en las primeras semanas de invasión. Acto seguido, los militares entran en el negocio, lo requisan y beben botellas de güisqui. Cuando se dan cuenta de que una de las cámaras los está grabando, la destrozan, pero ya es demasiado tarde: han sido pillados cometiendo los crímenes. Con respecto a las dos víctimas de este incidente, la cadena británica ha podido saber que se trata del jefe del taller y del vigilante de seguridad del negocio, Leonid Pliats, el cual consiguió sobrevivir durante unas horas, pero se acabó desangrando mientras era escondido esperando asistencia. Ucrania ha informado de la muerte de 37 civiles ejecutados en esta misma carretera que conecta la capital.