ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania
Para sorpresa de muchos, Vladímir Putin anunció durante la madrugada del pasado jueves 24 de febrero el inicio de la invasión de Rusia sobre Ucrania. Este jueves se inicia la segunda semana de un conflicto que empezó como una simple ofensiva militar, pero que ahora ya parece una nueva guerra fría. La amenaza nuclear está sobre la mesa del Kremlin, como respuesta a las sanciones occidentales y los movimientos de tropas de la OTAN. Mientras tanto, China intenta mediar (sin mucha idea) en una compleja confrontación con difícil solución. Kiev y Moscú han acordado reunirse este 3 de marzo en Bielorrusia, en la que será la segunda jornada de negociaciones desde el inicio de la agresión. Una agresión que ha enaltecido la figura del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, pero que ya ha dejado casi un millón de refugiados y miles de civiles muertos.
La segunda semana de guerra llega con principalmente cuatro frentes abiertos: Kiev (capital de Ucrania), Járkov (la segunda ciudad mayor del país), Jersón (en el sur, sobre Crimea) y Mariúpol (en el sureste, en la región de Donetsk). Rusia todavía no ha podido tomar el control de ninguna de las cuatro localidades, aunque Putin decidió intensificar los ataques por todo el territorio. Los ucranianos consiguen aguantar como buenamente pueden, hasta el punto que han comunicado miles de bajas rusas. Igualmente, este miércoles el Kremlin ha admitido solo que han muerto 498 soldados rusos y unos 1.600 han resultado heridos desde el primer día de enfrentamientos.
La amenaza nuclear contra las sanciones
La idea de ataque relámpago se ha ido difuminando a medida que han pasado los días, en medio de todo el apoyo armamentístico y humanitario que han recibido los ucranianos. Hay que sumar también las sanciones occidentales y los movimientos recientes de la OTAN, que está desplazando tropas y trabajando para ampliar la alianza militar. Con todo, Moscú se siente acosado y ha puesto sobre la mesa el uso de armas nucleares. La amenaza empezó el fin de semana y se ha cristalizado este miércoles, cuando el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, ha asegurado que la única alternativa a las represalias económicas es una Tercera Guerra Mundial que acabaría con "una guerra nuclear devastadora". Los fantasmas de la guerra fría vuelven después de treinta años.
Sea como sea, Occidente está apretando económicamente Rusia. La Unión Europea ha consumado este miércoles la expulsión de siete bancos rusos de SWIFT, el principal sistema de mensajería que utilizan los bancos para hacer pagos seguros y rápidos a través de fronteras nacionales. El objetivo de la medida es congelar las transacciones de los bancos rusos y hacer imposible que su banco central liquide activos para destinarlos a la guerra contra Ucrania. Además, los EE.UU. han puesto en marcha más sanciones. Se trata de medidas específicas contra los oligarcas rusos que permiten en el Kremlin financiar la guerra. "Encontraremos y decomisaremos sus yates, sus apartamentos de lujo, sus aviones privados", ha anunciado el presidente norteamericano, Joe Biden. Y eso son solo dos ejemplos de represalias contra el régimen de Putin: el Reino Unido, el Canadá, Suiza, Andorra, Turquía, Japón... Casi todo el mundo está aislando financieramente a los rusos.
El atractivo de la OTAN y el rol de Bielorrusia
Por su parte, la OTAN sigue firme en su idea de no entrar en un enfrentamiento directo con Rusia. Sin embargo, la alianza militar decidió actuar justo al día siguiente del inicio de la agresión y desplegó a las tropas de respuesta rápida en los países del flanco oriental por miedo de la amenaza rusa. Además, la organización ha trabajado para aumentar su área de influencia y está en conversaciones con diferentes Estados para su adhesión. Es el caso de Finlandia y Suecia, a quien el Kremlin amenazó con "graves consecuencias militares y políticas". Hay que recordar que parte del origen de esta historia radica en el hecho de que Moscú no quiere que Ucrania entre dentro de la OTAN, ya que no quiere a más tropas en sus fronteras que puedan poner en riesgo su seguridad y soberanía. Es decir, con esta agresión Putin quería desafiar el orden mundial y restablecerlo.
Más allá de aliados menores como Venezuela o Cuba, la única amistad que tiene actualmente Rusia es Bielorrusia. Si bien es difícil saber cuál es el papel en esta guerra del líder bielorruso, Aleksandr Lukashenko, el gobierno ucraniano tiene bien claro que "acoge en su territorio las tropas y el armamento del enemigo". "Es probable que en adelante pueda dar apoyo los inversores rusos en la guerra y ayudar a la consecución de los objetivos de los ocupantes", ha llegado a asegurar el Ministerio de Defensa de Ucrania. Lo que claro está es que su papel patente más importante ahora mismo es el de ser el anfitrión de las negociaciones entre Kiev y Moscú. Ya acogió la primera jornada de conversaciones en la localidad de Gómel, mientras que este jueves está previsto que reciba la segunda.
China y las negociaciones
A menudo se vincula la China como el otro gran aliado del Kremlin en esta confrontación, ya que se dedica a proteger Rusia en la ONU. Pero el apoyo del presidente Xi Jinping no es tan claro, después de haber dejado claro que defiende de manera "inquebrantable" la integridad territorial de Ucrania. Ante la implicación clara que tiene la UE en el enfrentamiento, China ha posicionado como el principal agente mediador. Pekín confía en las negociaciones como vía para "solucionar el conflicto", pero ha evitado especificar qué papel podría jugar en la mediación para alcanzar un alto el fuego. El portavoz de Exteriores, Wang Wenbin, se ha limitado a responder que "China siempre da apoyo y enaltece todos los esfuerzos diplomáticos por resolver la crisis de manera pacífica", sin aclarar los cuales hay que hacer en un momento como este.
Mientras la comunidad internacional espera una reacción de Pekín en este apartado, las negociaciones entre Kiev y Moscú ya han empezado. Se reunieron por primera vez este lunes en un encuentro donde no se consiguió ningún acuerdo, aunque se destacaron "ciertos avances". "La parte rusa todavía está muy sesgada con respecto al proceso destructivo que inició", explicó la delegación ucraniana, que también admitió que como mínimo no hubo "ultimátums obligatorios". Las conversaciones se reanudan supuestamente este jueves en la región bielorrusa de Brest, en la frontera entre Polonia y Ucrania. Tiene que ser el acontecimiento más importante del inicio de la segunda semana de guerra.
El papel de Zelenski y el drama humanitario
Los primeros siete días de conflicto nos han dejado a un protagonista claro: el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. El dirigente ha aumentado mucho su popularidad en esta semana, con una actuación comunicativa prácticamente impecable. La principal estrategia de Zelenski ha sido presionar la comunidad internacional para más apoyo, así como solicitar formalmente la adhesión de su país en la UE. El momento más destacado, sin embargo, estuvo cuando publicó un vídeo para demostrar que continuaba en Kiev, en las horas más graves del conflicto. A buen seguro que el coraje del presidente ha ayudado al hecho a que la resistencia ucraniana tenga más fuerzas para seguir luchando.
Las tropas ucranianas y los voluntarios animados por Zelenski luchan por defender su país de la invasión rusa, que ya se ha cobrado miles de vidas civiles. Aunque Putin prometió dejar de atacar a los ciudadanos, ya se ha visto que no ha sido así. Ante el miedo, cerca de un millón de personas han abandonado el país en busca de refugio, principalmente haciaa Polonia. La cifra de desplazados dentro de las mismas fronteras de Ucrania es mucho más alta: son muchísimas las personas que han escapado de las zonas donde hay conflicto, sobre todo hacia la ciudad de Lviv (en el oeste). Los eslóganes a veces nos ayudan a entender mejor la situación: la guerra la inician los de arriba, pero la sangran los de abajo.