El príncipe Andrés, hermano del rey Carlos III, no pasará la Navidad con la familia real británica en su mansión de Sandringham (este de Inglaterra) para no atraer la atención, a raíz de la polémica por su amistad con un cuestionado empresario chino. Fuentes de la realeza han indicado a la cadena pública que se espera que el duque de York deje de participar en todos los eventos familiares, a fin de evitar "ser una distracción", dado el interés mediático por sus conexiones con el presunto espía Yang Tengbo. El príncipe está retirado de la vida pública desde 2019 por varios escándalos y ahora protagoniza el enésimo de ellos. 

Un peligro para la seguridad nacional

El príncipe Andrés vuelve a estar en el centro de la controversia tras conocerse que dejó entrar en su círculo íntimo al empresario chino Yang Tengbo, a quien el Gobierno británico denegó la entrada al Reino Unido en marzo de 2023 al considerar que, en parte por sus lazos con el duque, suponía un peligro para la seguridad nacional. Ante la polémica, el segundo hijo varón de Isabel II aseguró el pasado viernes que ha cesado todo contacto con Yang, a quien invitó a su cumpleaños en 2020 y autorizó a representarle ante inversores chinos, cuando fue advertido por el Gobierno.

El empresario niega ser un espía

El empresario chino fue identificado el lunes como Yang Tengbo, aunque ha negado ser un espía para el Gobierno de Pekín. Después de días de rumores en la prensa e internet, el Tribunal Superior de Londres dio luz verde a la difusión de la identidad de Yang, a quien el Gobierno británico vetó la entrada al país en marzo de 2023 al considerarlo un riesgo para la seguridad nacional. En un comunicado a través de sus abogados, Yang, que era residente en el Reino Unido, ha asegurado que no ha hecho "nada malo ni ilegal" y mantiene que "es enteramente falsa la ampliamente extendida descripción como espía" que se hace de su persona.

El emprendedor de 50 años revela que él mismo ha decidido renunciar al anonimato y adelanta que recurrirá el fallo judicial del 12 de diciembre que ratificó el veto que le impuso el año pasado la entonces ministra del Interior, Suella Braverman. Yang alega en su nota que las sospechas de Interior son "infundadas" y apunta que durante el juicio ante la semisecreta Comisión Especial de Apelaciones de Inmigración, que analiza las expulsiones por motivos de seguridad, no se le permitió acceder a las pruebas en su contra.

"Los tres jueces del caso, basándose en sus propias indagaciones, concluyeron que 'no había abundancia de pruebas' contra mí, que su decisión había sido 'finamente calibrada' y que podría haber 'una explicación inocente' para mis actividades. Los medios de comunicación no han informado sobre esto", dice.

Las sospechas

Su identidad se ha conocido en medio de acusaciones por parte de algunos diputados tories, como su antiguo líder Iain Duncan Smith, de que el Gobierno chino espía 'a simple vista' en el Reino Unido y que el caso de este empresario "es la punta del iceberg". Por su parte, el Gobierno laborista ha defendido su enfoque "ponderado" hacia China, que combina los intereses económicos con la protección de la seguridad nacional.

Durante el proceso judicial ante la Comisión, se revelaron comunicaciones con un consejero del duque de York que evidenciaron que Yang era un "confidente cercano" de éste y que se sentaba "en la cima" de sus personas de confianza. En un mensaje extraído del móvil confiscado a Yang cuando fue detenido en la frontera en 2021, el consejero real le alertaba sobre cómo abordar a Andrés durante una llamada. "IMPORTANTE: gestione las expectativas. Es muy importante no establecer expectativas 'demasiado altas': está en una situación desesperada y se aferrará a cualquier cosa", afirmaba. Un portavoz del duque ha asegurado que éste cesó "todo contacto" con el empresario cuando fue advertido por el Gobierno y que nunca conversaron sobre "nada de una naturaleza sensible".