La República Democrática del Congo se encuentra en alerta máxima por una enfermedad de origen desconocido que, a estas alturas, ha provocado 79 víctimas mortales y 394 casos de infección. El epicentro de la epidemia está ubicado en la localidad de Panzi, una zona remota en el oeste del país. El ministro de Salud Pública, Samuel Roger Kamba Mulamba, ha dicho que la enfermedad podría provenir de un patógeno respiratorio similar a los virus de la gripe o la covid-19, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) también analiza otras posibilidades como la malaria o el sarampión. Los síntomas incluyen fiebre, dolores de cabeza, secreción nasal, tos, dificultad para respirar y anemia.
"Estamos en alerta máxima. Consideramos que se trata de un nivel de epidemia que tenemos que vigilar tan de cerca como sea posible", ha informado el ministro de Salud Pública en una rueda de prensa en la capital congoleña, Kinsasa, en la que también ha destacado que los menores de cinco años suponen en torno al 40% de los casos detectados. Mulamba ha señalado que "la tasa de mortalidad del 8% nos hace pensar que no es covid", si bien ha admitido que la fragilidad de la población en el área afectada podría hacer que un posible brote de covid tuviera efectos más mortíferos. Panzi es una localidad que sufre carencias alimentarias y altas tasas de malaria. Asimismo, la zona se vio golpeada hace dos años por un brote de fiebre tifoidea.
La OMS ha indicado que, desde finales del mes de noviembre, sus responsables locales han dado apoyo a las autoridades sanitarias de la zona afectada y, además, próximamente se añadirán otros expertos. Este nuevo equipo ayudará a profundizar en "las investigaciones sobre la causa de la enfermedad", ha indicado el organismo en un comunicado. "Compartiremos más información sobre los esfuerzos encaminados a identificar la enfermedad cuanto antes mejor", ha añadido.
Panzi, una zona de difícil acceso
Gran parte de los casos se han detectado en la localidad de Panzi, el epicentro de la enfermedad, situada en la provincia de Kwango, al oeste del país y a unos 700 kilómetros de la capital Kinsasa. Según ha indicado la OMS, se trata de una zona de difícil acceso por carretera, ya que las redes de comunicación son muy limitadas. Según las autoridades congoleñas, los casos empezaron a registrarse el 24 de octubre, pero no recibieron la primera alarma hasta finales de noviembre. Un equipo inicial de expertos enviado por el gobierno tardó dos días en llegar después del aviso. Asimismo, Panzi no cuenta con ningún laboratorio, así que las muestras recogidas tuvieron que ser enviadas a otra localidad situada a unos 500 kilómetros.