Islandia ha comenzado agosto con un volcán en erupción. Concretamente, este se encuentra en la península islandesa de Reykjanes, unos cuarenta kilómetros al oeste de Reikiavik, tal y como ha informado este miércoles la Oficina Meteorológica de Islandia, que también ha señalado la posibilidad que se pueda detectar polución debido a la emisión de gases. Las cámaras de la televisión pública del país, RÙV, han captado incendios en superficie en el valle de Meradalur, justo detrás del volcán Fagradalsfjall. De momento, según informa este medio, la erupción es de poca intensidad y no está previsto que las columnas de magma superen los cincuenta metros de altura.
Mientras tanto, un helicóptero con un equipo de científicos ha sido enviado a la zona para estudiar la situación, mientras las autoridades han pedido a los ciudadanos que eviten acercarse. Hasta ahora, la erupción no ha afectado al tráfico aéreo, solo se han cerrado al tráfico las carreteras cercanas, pero sin restringirlas en Reykjanesbraut y Suðurstrandarveg. Todo indica que los contaminantes liberados serán similares a la erupción que se experimentó hace un año. Esta tuvo lugar en el mismo sitio que la de ahora, y fue un episodio similar que se alargó durante unos seis meses: han pasado tan solo ocho meses entre que se extinguió y hasta que ha vuelto a entrar en erupción.
Ocho meses de la última erupción
El volcán se encuentra en una valle deshabitada, a menos de 40 quilómetros de la capital islandesa, pero está aún más cerca del aeropuerto Keflavik, el único internacional del país, que sigue abierto y sin afectaciones. Para evitar lo que ya pasó en la última erupción, cuando no se produjeron daños y el volcán se convirtió en un centro turístico que decenas de miles de personas que visitaban el país quisieron observar de cerca, ahora las autoridades han pedido a la gente que no se acerque a la zona en cuestión. De todos modos, ya hay decenas de turistas que se han trasladado a la zona para observar el espectáculo, obviando las instrucciones.