El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha asegurado este lunes que los violentos disturbios en Francia son consecuencia del "pasado colonial" del país y de la "arrogante cultura del racismo" que hay. En declaraciones televisadas después de una reunión con su gabinete, el mandatario turco ha relacionado la violencia entre manifestantes, la mayoría de origen magrebí, y policía a la "mentalidad colonial, arrogante e inhumana basada en la superioridad del hombre blanco". "Especialmente en países conocidos por su pasado colonial, el racismo cultural se ha convertido en racismo institucional", ha añadido.
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Erdogan ha asegurado que "en la raíz de los sucesos iniciados en Francia está la arquitectura social construida por esta mentalidad" y ha destacado que la mayoría de los inmigrantes "sistemáticamente oprimidos y condenados a vivir en barrios marginales y guetos son musulmanes". El líder turco, que se presenta como un defensor de los migrantes musulmanes en Europa, ha mostrado preocupación por si estos disturbios provocan "una nueva oleada de opresión" hacia este colectivo. "Los turcos han pagado el precio más alto de la islamofobia", ha defendido.
Si bien ha cargado contra el racismo cultural, Recep Tayyip Erdogan se ha posicionado en contra de los destrozos hechos por los manifestantes en edificios públicos, como ayuntamientos, bibliotecas y escuelas, y también ha rechazado los saqueos en las tiendas. En esta línea, el presidente de Turquía ha lamentado que "la violencia ha dado lugar, desafortunadamente, a violencia y ha desencadenado estos acontecimientos".
En cambio, desde el gobierno de Emmanuel Macron han rechazado cualquier acusación de racismo y de actitudes discriminatorias de la policía. Fuentes del ejecutivo francés han asegurado que no son unas conductas que se puedan generalizar a todo el cuerpo de la policía y han defendido que "Francia es un estado de derecho", donde se aplica la misma ley a todo el mundo. "No hay un trato de favor", han puntualizado, en referencia a los agentes.
El balance de la revuelta en Francia: 3.200 detenidos
El Ministerio del Interior francés ha informado de la detención de 3.200 personas durante las protestas desencadenadas este martes por la muerte de un menor de edad a causa de un tiro policial. Los disturbios se han producido en varios lugares del país, principalmente en los suburbios de París, y también en otras grandes ciudades francesas como Lyon y Marsella. La última noche, la madrugada de este domingo al lunes, ya ha sido más calmada, con 150 detenciones, pero el ministro del Interior, Gérald Darmanin, ha confirmado que se ha llegado a un nivel de arrestos "sin precedentes".
Con respecto a los detenidos, un 60% no tiene antecedentes policiales "y nunca han sido objeto de ningún control", según han expuesto desde el ministerio. La edad media ronda los 17 años, pero también han participado en las protestas menores de 12 o 13 años, vinculados a incendios y ataques contra las fuerzas de seguridad. En total, el gobierno francés ha contabilizado 5.000 vehículos y 10.000 papeleras incendiadas, cerca de 1.000 inmuebles dañados, 250 ataques contra comisarías y más de 700 policías heridos.