Después de salir claramente reforzado del golpe de estado fallido del viernes por la noche, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ya habla abiertamente de "operación de limpieza" para referirse a la purga que está llevando a cabo en varios estamentos, como la judicatura y el ejército, pero que se podría ampliar en otros sectores de la población. Además, abre la puerta a reinstaurar la pena de muerte.

De hecho, horas después de la rendición de los golpistas, Erdogan ya empezó a hacer uso de este "gran regalo de Dios" que habría supuesto el fracaso del golpe tal como él mismo lo calificó, ya que le daba manos libres para poder orquestar una purga a gran escala de los sectores contrarios a su poder.

Así las cosas, este domingo ha continuado la purga, con una cifra de militares detenidos que ha aumentado ya hasta los 6.000, entre los cuales el asistente personal de Erdogan y entre los que el asistente personal de Erdogan y 70 generales del Ejército y almirantes de la Marina de Turquía. También ha hecho limpieza entre la judicatura, con más de 2.700 jueces y fiscales destituidos y unos 8.000 agentes cesado, diez de los cuales pertenecientes al Tribunal Supremo.

Rebelión controlada "al cien por cien"

Con la rebelión militar controlada "al cien por cien" según el primer ministro turco, Binali Yildirim, los poderes del Estado dedican a estas alturas todos sus esfuerzos a llevar a cabo esta "operación de limpieza" que, al menos en los primeros momentos, tuvo episodios de violencia con linchamiento de militares rendidos incluidos. Asimismo, continúan las operaciones contra "los grupos terroristas", la nomenclatura oficial con que el gobierno designa a los golpistas y sus seguidores.

"Nuestro trabajo todavía no ha acabado", ha asegurado Yildirim este domingo por la mañana, reivindicando el papel de "vigilantes de la democracia" que Erdogan ha dado a los ciudadanos, una postura que da a los partidarios del presidente manga ancha para continuar con la purga.

Así las cosas, el último dato proporcionado por el ministro de Justicia de Turquía, Bekir Bozdag, cifra en más de 6.000 a las personas detenidas por su supuesta relación con el golpe de estado fallido de la madrugada del viernes al sábado.

Mientras tanto, el país intenta volver a la normalidad con el retorno al funcionamiento de la Bolsa de Estambul, el Banco Central de la República de Turquía y la Comisión de Mercados de Capitales de Turquía, mientras que los aeropuertos empiezan a superar la sacudida del viernes y sábado.

290 muertes

Por otra parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Turquía ha elevado a 290 el número de muertes después del golpe de estado perpetrado la noche de viernes a sábado y finalmente frustrado. El último balance situaba en 265 el número de víctimas. El comunicado de Exteriores especifica que hay más de 100 muertes entre los implicados en el golpe de estado mientras que el resto serían civiles y militares progubernamentales. También hubo más de 1.400 personas heridas.

Erdogan señala a Gülen

Además, el Ministerio ha insistido en que "no hay duda" que el intento de golpe de estado es obra de la red afín al clérigo Fethullah Gülen, establecido en los Estados Unidos. El mismo Gülen ha negado estar implicado en el motín y lo ha condenado como una agresión contra la democracia.

De hecho, este domingo Gülen ha sido objeto de un escarnio por parte de partidarios de Erdogan en su residencia en Pensilvania, mientras que el gobierno turco ha declarado oficialmente que "el intento de golpe fue realizado, de manera obvia, por la Organización Terrorista Fethullah Gülen (FETÖ)", utilizando el término con que la fiscalía turca describe la red de seguidores del predicador exiliado en los EE.UU.