La Rússia de Vladímir Putin mantiene su estrategia activa de desinformación atacando por todos los flancos posibles. Ya hace unos meses se advirtió que había diseñado una campaña, bautizada como Operación Matrioska, que se encargaba de manipular verificadores de todo el mundo con alertas falsas sobre engaños en redes sociales y peticiones de investigación. Los verificadores son un nuevo perfil que en medios de comunicación se dedican actualmente a luchar contra la desinformación, contrastando informaciones que se viralizan rápidamente sin ser ciertas.
La operación Matrioska se dirigía contra centenares de medios de comunicación, desde la BBC hasta la CNN. Según nuevas informaciones aparecidas este martes, esta campaña continúa e incluso se transforma, y ya afecta a más de 800 instituciones de 75 países, informa la agencia a Efe. Estos datos los ha puesto en evidencia un informe de la empresa finlandesa de análisis digital Check First, que ha dado una investigación con el apoyo de la organización sin ánimo de lucro internacional Resed.Tech. El equipo de verificadores de la agencia española Efe también han sido víctimas de la campaña.
La campaña entra en una nueva fase
La campaña ha entrado en una nueva fase, por eso ahora se la llama Operación sobrecarga, "una táctica programada con precisión durante una temporada electoral crucial en el mundo" que destaca por "su coordinación, repetición y escala", así como por su "sofisticación", señala el informe de Check First. Esta nueva fase arranca en agosto del 2023 y se trata de la publicación de contenidos manipulados en canales de Telegram en ruso y después en sitios web afines en el Kremlin. Acto seguido estas publicaciones se propagan por la red social X, donde los desinformadores interpelan los verificadores, de medios de comunicación e instituciones.
¿Cómo funciona la Operación Sobrecarga?
Los autores del informe hablan de la "manipulación multicapa" que consiste a enviar de forma coordinada correos electrónicos a los verificadores a quien remiten antes los contenidos publicados anteriormente en Telegram, X o sitios web que están bajo su control. Fueron objetivos de la red cuentas de X de más de 800 instituciones y organizaciones de 75 países, incluidos 200 verificadores. El informe de Check First asegura que más de la mitad del centenar de cuentas falsas de X que han difundido este contenido manipulado continúan abiertos meses después de haberse usado por primera vez en la operación. Eso quiere decir que su posible actividad desinformadora podría continuar en cualquier momento.
Los contenidos manipulados son habitualmente vídeos y fotos en que se suplanta la identidad de medios de comunicación de referencia y se reproducen imágenes de grafitis falsos con dibujos satíricos sobre Ucrania, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, o los Juegos Olímpicos de París.
Los investigadores creen que la red avisa a los verificadores de la existencia de publicaciones falsas con el objetivo de amplificar el efecto de estas narrativas y aumentar su visibilidad, aunque solo sea por medio de verificaciones. Persiguen "sobrecargar a los verificadores con afirmaciones triviales o engañosas para retrasar o diluir las respuestas a la desinformación más significativa". El informe concluye que la campaña se mantiene activa, ampliando su alcance y desarrollando nuevas tácticas, técnicas y procedimientos.