La joven promesa del partido popular austríaco (ÖVP) se estrelló ayer a raíz de un escándalo de corrupción. El excanciller federal, Sebastian Kurz, se vio obligado a dimitir por las acusaciones de la Fiscalía Anticorrupción, que actualmente investiga a diez personas y tres entidades en una trama que lo salpica a él mismo, a su círculo más íntimo de colaboradores y a su partido.

El hasta ahora ministro de Exteriores, Alexander Schallenberg, ha sido escogido por el mismo Kurz para relevarlo, tras recibir el visto bueno de sus socios de gobierno, los Verdes. Así y todo, parece que Kurz no tiene intención de distanciarse del poder, ya que en vez de abandonar la política, pasará a hacerse cargo de su grupo parlamentario.

Escándalo

El hasta ahora canciller federal Kurz, nueve de sus colaboradores y el ÖVP están acusados de malversación y desfalco de dinero público. La Fiscalía los investiga para encargar y publicar encuestas manipuladas en el diario sensacionalista Österreich (Austria en alemán) para dejar mal al entonces líder conservador, Reinhold Mitterlehner.

Según Efe, fue gracias a esta campaña de fake news que el entonces ministro de Exteriores consiguió tomar las riendas del partido en el 2017, romper el gobierno de coalición con el SPÖ socialdemócrata y conseguir una gran victoria en las elecciones. La acusación de la fiscalía anticorrupción se basa en una serie de mensajes de textos entre el canciller y sus colaboradores, que fueron confiscados en el marco de otra investigación.

La noticia de la investigación y el registro de oficinas y viviendas de los sospechosos estalló esta semana poco después de que la coalición de conservadores y Verdes presentaran una reforma fiscal con importantes elementos ecologistas, lo que tenía que ser uno de sus grandes proyectos como gobierno. Por su parte, parece que los Verdes han aceptado la destitución del canciller y no tienen intención de romper el pacto de gobierno.

 

sucesor canciller austria Alexander Schallenberg efeAlexander Schallenberg, el sucesor de Kurz tras su dimisión / Efe

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En el 2017, Kurz fue escogido canciller federal de Austria por primera vez, convirtiéndose a sus treinta y un años en la persona más joven al ocupar el cargo. Fue considerado por sus colegas conservadores un verdadero 'niño prodigio' de la política: Kurtz fue secretario de Estado a los veintitrés años y ministro de Exteriores con veintisiete.

Según Efe, los más críticos con Kurz destacan que el estilo del joven canciller se sostenía gracias a un sofisticado sistema de control de la comunicación, con decenas de trabajadores dedicados a construir, pulir y abrillantar su imagen. Es por eso que no sorprende el hecho de que la supuesta trama de corrupción esté directamente relacionada con la manipulación de la opinión pública y los medios de comunicación.

En su discurso de dimisión, Kurz aseguró que su salida del Ejecutivo solo es una medida "temporal" hasta que la Justicia haya aclarado las acusaciones de corrupción, pero una deliberación puede tardar mucho tiempo y desgastar su imagen. Si bien todas las encuestas indican que un tercio del electorado del país lo secunda de manera incondicional, como una especie de "mesías", Kurz es al mismo tiempo el personaje más rechazado por el resto del espectro político, que temen que el excanciller siga liderando el país des de la sombra.

 

Foto principal: el excanciller federal de Austria, Sebastian Kurz / Efe