Silencio en Atenas después de los escándalos de corrupción. El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha evitado este viernes, una vez más dar explicaciones o hacer comentarios sobre el escándalo de las escuchas a políticos y militares protagonizado por los servicios secretos griegos, EYP, que se encuentran bajo control suyo directo. A pesar de no dar explicaciones, ha admitido "errores".

Mitsotakis ha utilizado la astucia para hablar. El líder conservador ha aprovechado el debate sobre la moción de censura presentada contra su gobierno por el principal partido de la oposición, el partido de izquierdas Syriza, a consecuencia de este escándalo y para hablar de presuntas irregularidades cometidas por su predecesor Alexis Tsipras y su mala gestión cuando gobernó el país entre 2015 y 2019.

El primer ministro griego ha admitido que en el contexto de las escuchas ha habido "errores" en el funcionamiento de los servicios secretos que el gobierno intentó tapar despidiendo a algunos responsables, cambiando las leyes y que ahora todo está a manos de la justicia.

Mitsotakis se lava las manos

El primer ministro ha afirmado, de nuevo, que él no ordenó ni tuvo conocimiento previo de quien fue escuchado y ha asegurado que el responsable de la Autoridad para la Garantía de la Privacidad de las Telecomunicaciones, Jristos Rammos, tampoco ha dado nombres a la carta que ha hecho llegar a los líderes políticos esta semana.

Tsipras había revelado previamente los nombres de seis personas, entre los que se roban al líder de los socialdemócratas griegos, el eurodiputado Nikos Andrulakis, y también el jefe del estado mayor del ejército Konstantinos Floros, y otros miembros de la cúpula militar. Los nombres no estaban incluidos en la misiva, pero sí que confirmaban la solicitud de Tsipras a la citada autoridad de indagar si habían estado o no objeto de escuchas, tal como recoge la agencia de noticias Efe.

¿Son legales las escuchas?

En este sentido, ha vuelto a insistir en que las escuchas fueron legales. Esta ha sido la respuesta que le ha dado a Tsipras, que ha asegurado que había actuado como jefe de una organización "paraestatal" que protagonizó un "desvío institucional sin precedentes".

A pesar de las intenciones, la moción de censura presentada contra el gobierno tiene muy pocas opciones de éxito. El partido gobernante, Nueva Democracia, cuenta con una mayoría absoluta en el Parlamento (156 de 300 escaños). A pesar de los intentos de Syriza, al fin y al cabo son cosquillas.