Escocia abrirá su quinta oficina en territorio europeo para prepararse para un segundo referéndum de autodeterminación. Así lo ha avanzado en exclusiva el diario escocés The National este domingo. Según han explicado, el hub llegará a Copenhague esta primavera, coincidiendo con el momento en que la primera ministra Nicola Sturgeon tiene previsto "profundizar en el debate constitucional" con Londres. Este movimiento se da en el marco de la estrategia del Partido Nacionalista Escocés (SNP) para estrechar lazos con los estados miembros de la Unión Europea y, más concretamente, con los países nórdicos. En Europa, Escocia ya cuenta con oficinas en Berlín, Bruselas, Dublín y París.
La estrategia
El nacionalismo escocés allana el camino hacia un nuevo referéndum de independencia después del resultado tan cercano de la consulta del 2014, en la cual un 55% de los ciudadanos votaron en contra, mientras que casi un 45% de los votos fueron a favor. Hoy por hoy, las encuestas señalan que el resultado de un nuevo referéndum podría estar todavía más igualado, gracias en parte a las consecuencias del Brexit y la retahíla de escándalos por parte del gobierno de Boris Johnson que no parecen tener fin. Es aquí donde los nacionalistas escoceses dibujan su estrategia. Con el ojo puesto a alcanzar la independencia antes del año que viene, Sturgeon se aferra a esta oportunidad y aprovechará el momento débil de Londres para hacer presión. Por otra parte, la primera ministra espera terminar el "calendario legislativo" para el segundo referéndum en las próximas semanas, informa el National. Así, Sturgeon se reafirma en su promesa electoral de organizar una nueva consulta en 2022.
Influencia
Aunque el objetivo de los hubs en Europa es extender la influencia de Escocia entre los estados miembros, el gobierno tiene claro que con eso no quieren "exportar el debate sobre la independencia" a estos países, sino establecer estructuras para un posible nuevo estado: "El propósito de las oficinas representativas del gobierno escocés es continuar las conexiones prácticas y mutuamente beneficiosas entre Escocia y otros países", ha explicado un experto analista a The National. En este sentido, no tienen miedo a mostrarse realistas con este proyecto, la poca capacidad de la UE de incidir en el conflicto político y la necesidad de resolverlo por sus propios medios: "La apertura de la oficina de Copenhague no tendrá nada que ver con cómo ven los estados miembros de la UE el debate sobre la independencia. Las instituciones de la UE y los estados miembros no desean participar en los asuntos internos de Escocia", concluye.