La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, ha anunciado en un discurso en una entidad de Washington, y a la agencia AP, que su país se integrará en la OTAN si consigue la independencia en el referéndum que están preparando. Sturgeon ha argumentado que la guerra de Ucrania ha provocado que la pertenencia a la Alianza Atlántica sea más decisiva, y ha recordado la posición estratégica de Escocia en el norte de Europa y las aproximaciones regulares que realizan aviones y submarinos militares rusos. Sigue en este sentido los pasos iniciados por Suecia y Finlandia, si bien ahora el país ya está a la OTAN como parte del Reino Unido. Pero lo que ha querido hacer Sturgeon es dar garantías de que su política de seguridad será razonable.
Sturgeon ha indicado que si llegan a la independencia mantendrán una "relación fuerte" con el Reino Unido, y que la pertenencia a la UE y a la OTAN serán "piedras angulares de una política de seguridad de la Escocia independiente". "No hay duda que los hechos de los últimos tres meses han reforzado mi convicción de que esta posición es absolutamente correcta y esencial", ha indicado la líder escocesa. "Tenemos más claro que nunca que la pertenencia a la OTAN no sólo sería vital para la seguridad de Escocia, aunque que seguro que lo sería, sino que también sería la principal manera de que una Escocia independiente, en un mundo interdependiente, contribuiría a la seguridad colectiva de nuestros vecinos y aliados", ha dicho Sturgeon. Los independentistas escoceses, sin embargo, quieren la retirada de la base submarina nuclear que el Reino Unido tiene en Escocia.
La primera ministra escocesa se ha comprometido a celebrar un segundo referéndum sobre la independencia de Escocia a finales del próximo año. De momento, no está claro como lo sacará adelante porque necesita que el gobierno del Reino Unido le dé permiso y el primer ministro Boris Johnson hasta ahora se ha negado a ello. No obstante, la situación no es comparable a la española, porque en Gran Bretaña hay más conciencia democrática y no sería fácilmente asumible una actitud anti-referéndum sin ninguna alternativa.
Mientras, el movimiento independentista escocés sigue creciendo en las urnas. La semana pasada, los escoceses volvieron a confirmar su apoyo al proyecto independentista del partido nacionalista escocés (SNP, por sus siglas en inglés) en las elecciones locales. El partido de la primera ministra Nicola Sturgeon volvió a ser el claro vencedor de los comicios, con un total de 453 concejales, 22 más que en las anteriores elecciones. Los resultados confirman que el proyecto independentista no se ha desinflado a pesar de la derrota en el referéndum de 2014 y la salida de la Unión Europea con el Brexit. Junto con los verdes, con quién el SNP ha pactado la hoja de ruta para celebrar un referéndum antes de que acabe en el 2023, el número de concejales independentistas en Escocia ha crecido un 8,4% con respecto a las anteriores elecciones. Y con este escenario, todo tendría que empezar a andar ya para que el pueblo escocés pueda decidir dentro de un año si quiere convertirse en un estado independiente.