Con el nombramiento del nuevo embajador español en Buenos Aires, Joaquín María de Arístegui, España y Argentina reconducen las relaciones diplomáticas, que llegaron a un punto de tensión máxima en mayo con la retirada de la embajadora española, después de que el presidente argentino Javier Milei insultara a Pedro Sánchez y tildara a Begoña Gómez de "corrupta". Estas acusaciones de Milei venían ya precedidas de unas declaraciones del ministro español de Transportes, Óscar Puente, que sugirió que el presidente argentino tomaba «no sé qué sustancias».
La marcha de la embajadora puso freno al "fuego cruzado" entre administraciones de forma pública, que ya no han vuelto a tener ningún encontronazo verbal entre representantes de los dos estados. Incluso, según cuentan, las relaciones no se han detenido durante estos meses, aseguran fuentes diplomáticas a la agencia EFE.
Los dos ministros de Exteriores, José Manuel Albares y Diana Mondino, dicen que "los contactos para recuperar la normalidad diplomática no han cesado en todo este tiempo" y mantienen que los dos países compartían el objetivo común que "las relaciones transcurrieran por el mejor camino posible".
Las dos administraciones han ido trabajando en silencio para llegar al nombramiento de Joaquín María de Arístegui, hasta ahora embajador en Colombia y miembro de una familia de diplomáticos de renombre. El nombramiento que ha sido aprobado este martes por el Consejo de Ministros español, recibió justo hace unos días el beneplácito del Gobierno argentino.
España y Argentina muestran fraternidad
La concordia en las relaciones institucionales ha quedado reflejada en el comunicado conjunto que han difundido este martes los dos gobiernos, en el que ponen de relieve que España y Argentina son «pueblos hermanos, unidos por profundos lazos humanos y sociales,», y los dos se comprometen a fortalecer las relaciones «para que consigan el máximo nivel de confianza y respeto mutuo». El gobierno argentino incluso ha querido tirar un mensaje de "colegueo" entre los dos países, con una publicación en X de la ministra de Exteriores argentina, dando la bienvenida al nuevo embajador español.
Según el ministro Albares, el objetivo de la nueva etapa es iniciar un acuerdo Unión Europea-Mercosur y la celebración de la Cumbre Iberoamericana en 2026. Justamente esta última, puede haber sido el punto de reconciliación entre los dos países hispanos, ya que justo después de la retirada de la embajadora, se votó la designación de España para acoger la cumbre, con el apoyo de Argentina y la unanimidad de los países latinoamericanos.