Asma al-Asad, la esposa del defenestrado líder sirio Bashar al-Asad, está gravemente enfermo de leucemia en Moscú, donde permanece aislada y con una probabilidad de supervivencia del 50%, según publica este miércoles el medio británico The Daily Telegraph.
El rotativo londinense, que cita como fuentes el contacto directo con la familia, dice que la ex primera dama siria "se mantiene alejada a otras personas con el fin de evitar las infecciones", después de que el cáncer en la sangre que el mayo pasado se anunció que sufría, habría vuelto después de un periodo en remisión.
Fuentes próximas a la familia aseguran que Asma se está muriendo, después de comunicarse directamente con un representante de la familia durante las últimas semanas. "No puede estar en la misma habitación con nadie", a causa de su condición.
Su padre, el cardiólogo Fawaz Akhras, sería quien estaría cuidándola antes y después de su llegada a la capital rusa, donde se refugiaron los Al-Asad después de la caída del régimen sirio. Las fuentes dicen que Bashar está "desconsolado", según el 'Telegraph'.
Le han negado la entrada en el Reino Unido
Asma, de 49 años, creció en Acton, en el oeste de Londres, con su padre, su madre, Sahar, exdiplomática de la embajada de Siria, y sus hermanos Feras, de 46 años, y Eyad, de 44, que también son médicos.
La señora Asad se graduó en informática en el King's College de Londres y se dedicó a la banca de inversión antes de empezar a salir con Asad en 1992. Entonces no se esperaba que Asad sucediera a su padre, pero después de que su hermano Bassel muriera en un accidente de coche en 1996, se convirtió en heredero y después presidente en el 2000. Asma fue a vivir, se casó, y con quien ha tenido tres hijos.
La imagen exteriormente reformadora y favorable a Occidente de la pareja se deshizo cuando Asad reprimió ferozmente las protestas a favor de la democracia en el 2011, sumergiendo el país en la guerra.
La ex primera dama siria ya se había tratado anteriormente de un cáncer de mama, del cual se dijo que estaba cuidada en agosto de 2019. En los últimos días, han circulado rumores que la esposa del dictador depuesto quería volver a Londres para recibir tratamiento y divorciarse de su marido, lo cual por lo visto el Kremlin desmintió.
El ministro británico de Exteriores, David Lammy, ya dejó claro que no se le permitirá la entrada al país. "Quiero confirmar que es una persona sancionada y no es bienvenida al Reino Unido", dijo en una comparecencia en la Cámara de los Comunes a raíz de la caída del régimen sirio, el pasado 8 de diciembre, después de 14 años en el poder.