Continúa el diálogo entre Estados Unidos e Irán en busca de un acuerdo sobre el programa nuclear de la república islámica. La segunda ronda de conversaciones indirectas entre las dos partes ha concluido en Roma con una atmósfera "constructiva" y un compromiso bilateral de mantener un tercer encuentro el sábado próximo en Omán, según fuentes oficiales iraníes en declaraciones en la agencia semioficial de noticias Tasnim. El ministro de Exteriores de Irán, Abbas Araqchi, ha confirmado la fecha y el lugar del tercer encuentro, que vuelve a la capital omaní, Mascate, donde se reunieron hace una semana. "Las conversaciones han sido positivas y constructivas, hasta el punto que hemos conseguido un entendimiento en cuanto a objetivos y principios," ha dicho Araqchi, un perro viejo en este tipo de negociaciones.

Araqchi ha explicado que durante las cuatro horas de diálogo los representantes de Estados Unidos e Irán han intercambiado ideas de manera fluida gracias a la mediación del ministro de Exteriores de Omán, Badr bin Hamad al Busaidi. El ministro también ha revelado que, antes de la tercera ronda de negociaciones, se han organizado "conversaciones técnicas en el ámbito de expertos" también en Mascate para preparar el terreno de cara al sábado que viene. Más allá de la versión iraní, Al Busaidi ha confirmado también el comienzo de la "fase siguiente" de las negociaciones para "sellar un acuerdo justo, duradero y vinculante". El acuerdo, prevé al omaní, garantizará un Irán "sin armas nucleares ni sanciones", pero con "capacidad para desarrollar energía nuclear con finalidades pacíficas".

Plan de nueve puntos

Araqchi se ha reunido en la capital de Italia con el enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, para presentarle un plan de nueve puntos que incluye "seriedad, garantías, equilibrio, ausencia de amenazas, celeridad, eliminación de sanciones, rechazo al modelo libio, contención de los alborotadores —como Israel— y facilitación de la inversión, sin concesiones." Así lo ha hecho saber el asesor político del líder supremo Jamenei, Ali Shamjani, que ha hecho referencia al acuerdo del 2003 entre Moammar el Gadafi y Occidente para desmantelar los programas nucleares, químicos y de misiles de Libia. El gobierno de Irán ha lamentado en varias ocasiones las enormes concesiones efectuadas por el Gadafi en su momento, que comportaron el declive estratégico del país y el principio de la caída del dictador, el cual murió ocho años después, durante el estallido de la Primavera Árabe.

Estas conversaciones entre Irán y los Estados Unidos son las primeras desde que Donald Trump decidiera abandonar unilateralmente en 2018 el llamado Plan de Acción Integral Conjunto, durante su primer mandato (2017-2021). Se trata de un histórico acuerdo nuclear firmado en 2015 entre Teherán y las potencias mundiales, es decir, todos los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, incluida Rusia, Alemania y la Unión Europea. En concreto, el acuerdo establecía el compromiso de Irán a garantizar la naturaleza pacífica del programa a cambio de la retirada de sanciones y, por lo tanto, la reincorporación en los mercados internacionales. Trump decidió abandonar el pacto después de asegurar que no estaba obteniendo resultados y que Irán estaba a punto de conseguir un arma nuclear, a pesar de las constantes negativas de Teherán. El movimiento del republicano tiró por los suelos el éxito de su predecesor, Barack Obama.