Los jefes de la diplomacia de Estados Unidos y de Rusia, Marco Rubio y Serguéi Lavrov, respectivamente, han hablado este sábado por teléfono y han acordado mantenerse en contacto de manera regular para preparar la cumbre entre los presidentes Donald Trump y Vladímir Putin de cara a poner fin a la guerra en Ucrania. Así lo han confirmado los gobiernos de ambos países, si bien aún no han dado una fecha para este posible encuentro ni más detalles. Trump afirmó esta semana que podría celebrarse en Arabia Saudí.

Según ha indicado el Ministerio de Exteriores ruso en un comunicado, la llamada se realizó por iniciativa de Washington y en ella ambos ministros "reafirmaron su disposición a colaborar para restablecer un diálogo interestatal basado en el respeto mutuo, en línea con el tono marcado por los presidentes" en su conversación del miércoles. Además, Moscú señaló que "ambas partes expresaron su voluntad de cooperar en cuestiones internacionales actuales, incluida la resolución del conflicto en Ucrania, la situación en Palestina y, en general, en Oriente Medio, así como en otras cuestiones regionales". Por su parte, el Departamento de Estado de EE.UU. explicó en otro comunicado que, durante la llamada, Rubio reafirmó el "compromiso" expresado por Trump para encontrar una solución al conflicto en Ucrania.

El anuncio de esta nueva conversación se ha producido poco antes de que el diplomático estadounidense Marco Rubio llegara a Jerusalén, como parte de una gira que también lo llevará a Arabia Saudí, donde está previsto que se reúna con funcionarios rusos para iniciar negociaciones sobre Ucrania, según ha informado este sábado la cadena CNN citando fuentes conocedoras. Además de Rubio, se espera que en esas conversaciones participen el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Mike Waltz, y el enviado para Oriente Medio, Steve Witkoff. Según la CNN, la delegación rusa podría incluir a altos cargos políticos, de inteligencia y económicos, entre ellos Kirill Dmitriev, el funcionario que desempeñó un papel clave en el reciente intercambio de prisioneros entre ambos países: el del profesor estadounidense Marc Fogel, detenido en Rusia desde 2021, por el presunto ciberdelincuente ruso Alexander Vinnik.

Negociaciones impulsadas por Trump

La conversación telefónica entre Trump y Putin anunciada este miércoles fue el primer contacto directo público entre los presidentes de EE.UU. y Rusia desde febrero de 2022, cuando Putin habló con el entonces mandatario Joe Biden antes del inicio de la invasión a Ucrania. Tras la llamada, Trump anunció que había llegado a un acuerdo con Putin para que ambos países inicien "negociaciones de inmediato" con el objetivo de poner fin a la guerra en Ucrania. También llamó al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, para explicar la postura rusa. El mandatario norteamericano, que nunca ha escondido su buena relación con  Putin, y siempre ha criticado duramente el envío de ayuda militar y económica a Kiev, en su línea de "América primero", ha tildado la guerra en Ucrania de sin sentido y ha instado a pararla para que deje de derramarse sangre.

En los días posteriores, el mandatario rompió con la postura mantenida por el Gobierno de Biden al afirmar que la aspiración de Ucrania a unirse a la OTAN no es "práctica" y aseguró que es "poco probable" que el país recupere todo el territorio ocupado por Rusia desde 2014: la península de Crimea y los óblast de Donetsk, Luhansk, Kherson, Zaporíjia. Esta postura ha inquietado a Kiev y ha despertado críticas de algunos mandatarios europeos, como los ministros de Defensa de Alemania y Bélgica, o el presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, que consideran estas declaraciones de Trump como "concesiones públicas" a Moscú antes incluso de iniciar negociaciones. El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ha asegurado que en ningún caso esta vía sería "una traición" a Kiev.

En declaraciones esta semana, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha dicho que es "crucial" que Kiev esté "muy implicada en cualquier cosa que pase sobre Ucrania". "Tenemos que garantizar que el eventual acuerdo de paz sea permanente y que Putin tenga claro que no puede nunca más intentar ocupar territorio de Ucrania", ha remarcado Rutte. Desde la órbita más próxima a Rusia, China, también expectante, ha celebrado las conversaciones entre Trump y Putin y se ha propuesto para tener "un rol constructivo". "La negociación es la única salida", ha afianzado el portavoz de Exteriores chino, Guo Jiakun.

Inquietud en Europa: la UE reclama no ser obviada 

Además, la Administración de Trump ha defendido que Europa no debe participar en las negociaciones. Si bien el vicepresidente J.D. Vance ha dejado la puerta abierta, el representante de la Casa Blanca para Ucrania y Rusia, el general Keith Kellogg, ha descartado este sábado que Europa se siente en la mesa de negociación para la paz en Ucrania. Preguntado por ello en la Conferencia de Seguridad de Múnich sobre la presencia de representantes de la Unión Europea (UE) o de los países miembros en las negociaciones que impulsan los Estados Unidos para resolver el conflicto con Rusia, Kellogg se ha declarado partidario de "la escuela del realismo", para añadir: "Eso no pasará".

La negociación bilateral obviando a Europa ha despertado las críticas de los dirigentes europeos, que quieren un papel importante, puesto que el conflicto atañe a la seguridad de Europa y Ucrania es estado candidato a pertenecer a la UE. La alta representante europea para la política exterior, Kaja Kallas, ha exigido la implicación del gobierno ucraniano y de Europa en las negociaciones. Kallas alertó este jueves de que cualquier acuerdo de paz sobre Ucrania que no tenga en cuenta al club comunitario "fracasará", y también advirtió de que "cualquier solución rápida" al conflicto es un "trato sucio". Zelenski, por su parte, ha instado este sábado a crear un ejército europeo para defender al continente de las posibles amenazas expansionistas por parte de Rusia y para obligar a Estados Unidos a respetar Europa y contar con ella a la hora de tomar decisiones geopolíticas. "Ha llegado el momento de crear las Fuerzas Armadas de Europa", ha afirmado el mandatario ucraniano en la Conferencia de Seguridad de Múnich, en la que ha centrado su discurso en pedir a los líderes europeos que tomen las decisiones necesarias para que "el futuro de Europa dependa solo de los europeos". También se ha posicionado a favor de un asiento para Europa en las negociaciones: "Ninguna decisión sobre Ucrania sin Ucrania; ninguna decisión sobre Europa sin Europa".