Golpe de Estados Unidos a uno de los amigos íntimos del rey emérito Juan Carlos I. El Departamento del Tesoro americano ha sancionado al mejor amigo del emérito, el empresario británico Philip Adkins, por ayudar a Rusia a poner en marcha el proyecto energético del Ártico en plena invasión de Ucrania, según destapa El Confidencial. La medida forma parte de la nueva ofensiva de Washington contra los intereses estratégicos de Moscú y prohíbe que las empresas de Adkins puedan acceder al sistema financiero occidental y hacer operaciones con firmas estadounidenses. Una investigación del Financial Times el pasado mes de marzo reveló que dos barcos de carga —Audax y Pugnax— controlados por la sociedad Red Box Energy Services Pte LTD., con sede en Singapur recogieron en el puerto chino de Penglai a principios del 2024 unas estructuras de más de 80 metros de alto. Unas imágenes satélite destaparon que los dos barcos habían rodeado Asia y habían atravesado el mar del norte durante los meses más duros del invierno gracias a rompehielos rusos para conseguir llegar en el puerto de Belokamenka, próximo a las fronteras de Finlandia y Noruega.
El contenido de los barcos de Adkins
Según se desprende de la investigación las estructuras que llevaban los barcos eran módulos de gas natural licuado (GNL) y plataformas en gravedad por el proyecto estrella de Vladímir Putin —la planta de producción de gas Artic LNG 2—, que está diseñada para conseguir una capacidad de producción de 19,8 millones de toneladas anuales e inyectar cantidades incalculables de divisas extranjeras. En noviembre de 2023, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos puso a punto de mira el proyecto de Putin. Varias empresas japonesas que formaban parte del proyecto se echaron atrás ante el temor a sanciones. Sin embargo, la información del Financial Times, demuestra la colaboración de Adkins en el desarrollo de la infraestructura.
Los Estados Unidos acusan al empresario de "brindar logística marítima y apoyo a la construcción" al Arctic LNG 2. Y según señala un comunicado de Washington, las medidas "ya han obstaculizado la capacidad del proyecto para exportar energía y han provocado aumentos significativos en los costes de construcción del proyecto". Y defienden que estas nuevas acciones demuestran "la determinación de Estados Unidos para limitar la capacidad de producción y exportación del proyecto Arctic LNG 2 y limitar el apoyo de terceros al proyecto".
Amistad entre Juan Carlos I y Adkins
Detrás de la empresa encargada del transporte de los barcos, está Adkins, amigo de Juan Carlos I, con el que mantiene una relación que se remonta a hace más de 20 años, cuando el emérito mantenía una relación con Corinna Larsen. La relación entre Juan Carlos I y Adkins viene de lejos. En concreto, el empresario fue el primer marido de Corinna Larsen y tuvieron una hija en común. El emérito y el empresario crearon una grande amistar e iban juntos a todas partes, se les ha podido ver juntos en varios actos, como varias carreras de toros en Las Ventas, en el 2017 y en el 2019. Además, Adkins formó parte de la expedición del famoso safari de Botsuana, el año 2012. Precisamente, en esta fecha se sitúa el distanciamiento entre el emérito y Corinna, y en paralelo, la amistad entre los dos hombres se reforzó. Según reveló el citado digital, esta amistad era tan grande que Adkins fue quien dejó al monarca el dinero para comprar unos billetes de avión en la Polinesia Francesa en enero de 2016, posteriormente, el emérito le devolvió el dinero a través de una sociedad con sede en Hong Kong.
El último encuentro entre los dos amigos fue en enero de este año en la fiesta que Juan Carlos organizó para celebrar su 86.º cumpleaños. Adkins formó parte de los invitados al acontecimiento, e incluso, se sentó en la mesa presidencial e hizo un parlamento para felicitar al monarca.