Los Estados Unidos, República Checa, Chipre, República Dominicana, Islandia, Kosovo y Noruega han anunciado este sábado en la COP28 su adhesión a la alianza mundial para abandonar el carbón, una "señal en el mercado global" que los analistas esperan que pueda incentivar la desinversión en este combustible fósil altamente contaminante. El enviado especial de los EE.UU. para el clima, John Kerry, ha defendido en la cumbre del clima de la ONU que se celebra en Dubai la necesidad de abandonar "gradualmente" el carbón, que no cuenta con tecnología para capturar emisiones, para cumplir el objetivo de conseguir un 100% de electricidad sin CO₂ en 2035.
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Kerry ha instado el mundo a que se unan al país norteamericano y se sumen a la Alianza "Powering Past Coal" —de la cual España forma parte desde 2021 y en la cual ya está incluido el 80% de países de la OCDE—, y ha incidido en el hecho que "el primer paso es dejar de agravar el problema: detener la construcción de nuevas centrales de carbón". EE.UU. tiene la tercera mayor capacidad de centrales de carbón en marcha, solo por detrás de China y la India, si bien en la última década, el país norteamericano no ha construido ninguna nueva central y quiere cerrar más de la mitad de sus centrales.
"Es enormemente simbólico"
Analistas de diferentes organizaciones, como Climate Analytics, Solutions for Our Climate o Third Generation Environmentalism (E3G), han aplaudido la noticia, y han asegurado a un grupo de periodistas presentes en la COP28 que el hecho que los EE.UU. se haya unido a la iniciativa puede animar que otros países como Corea, Japón, la India o China se comprometan también. "Los EE.UU. es un gran consumidor de carbón, tiene una enorme flota de carbón de más de 200 gigavatios, así que eso es enormemente simbólico, no solos en términos de emisiones, sino también porque EE.UU. está dando un paso adelante en la escena internacional y diciendo que abandonarán el carbón en una senda alineada con el grado y medio", ha celebrado Leo Roberts, especialista en transición energética de E3G.
La responsable de diplomacia climática en la organización Solutions for Our Climate, Vivian Sunwoo Lee, valora que EE.UU. "está tomando las riendas y enviando un mensaje muy claro que las economías tienen que alejarse del carbón", una cosa especialmente importante en su natal Corea, donde también "tendrá que eliminarse progresivamente y tener una fecha clara de aceleración de la salida del carbón". "Corea hizo el primer anuncio de no seguir financiando con fondos públicos en el extranjero en abril, en la Cumbre del Clima de Biden en junio, y el Japón, en el G7, se comprometió al mismo", destaca a la experta, "así como hizo China en la Asamblea General de la ONU en septiembre". "Todo eso refleja la tendencia del mercado y de la gente de pensar que cuanto más invertimos en carbón, más activos atascados tendremos", añade, y agrega que el paso adelante de los EE.UU. refuerza esta tendencia y envía el mensaje que invertir en nueva generación con carbón significará un declive en la economía.
Reproches por la tardía fecha límite y para no incluir todo el carbón
No obstante, los expertos también afean que la fecha que los EE.UU. ha fijado como tope para abandonar completamente el carbón sea 2035, porque "no permite avanzar a la velocidad necesaria para cumplir los objetivos de París", las metas que los países asumieron en 2015 para que el calentamiento global no supere el grado y medio o los dos grados por encima de los niveles preindustriales. El científico climático y director de Climate Analytics, Bill Hare, destaca por su parte que el compromiso de los EE.UU. es dejar atrás el carbón "reducido" —que no cuenta con sistemas de captura y almacenaje de CO₂-, cuando "en la evaluación más reciente del IPCC queda bastante claro que lo que necesitamos no es carbón reducido, sino que el carbón se quede fuera". La captura y almacenaje de CO₂ es "demasiado cara" para la generación energética con carbón, dice, y además comporta "grandes problemas ambientales".