A las elecciones europeas de este 2024, un número histórico de legisladores de partidos de extrema derecha fueron escogidos miembros del Parlamento Europeo. Los resultados generaron tal caos que el presidente francés, Emmanuel Macron, convocó unas elecciones parlamentarias anticipadas a su propio país, cuya primera vuelta ganó el partido de ultraderecha Agrupación Nacional. En los Países Bajos también se ha formado un gobierno formado por figuras de extrema derecha. Italia está dirigida por la líder más derechista desde el gobierno del líder fascista en tiempo de guerra Benito Mussolini, Giorgia Meloni. Meloni, con varios escándalos, forma parte de estas victorias electorales que ya no son sorpresa, igual que la perspectiva de derechas populistas al poder. En este sentido, tal como señalaban desde el CIDOB en una nota, es la era de la egopolítica. Los nuevos liderazgos han dejado precisamente unos jefes de gobierno débiles y parlamentos fragmentados; con la locomotora francoalemana de la integración europea más frágil que nunca. El año empieza con un individualismo reforzado en un mundo más emocional y menos institucional, donde el miedo y la rabia movilizan el voto y la desesperanza entre los jóvenes es alta. A las elecciones europeas del 2024, solo el 36% de los menores de 25 años votaron, un 6% menos que en el 2019.
Francia y Alemania, las superpotencias europeas con problemas
El colapso de los gobiernos de Alemania y Francia obstaculiza los esfuerzos por hacer frente a los crecientes déficits de Europa y la competitividad tambaleante. El vacío político en Francia y Alemania, los dos países mayores e influyentes de la UE, augura problemas para una economía europea ya en crisis. El Parlamento francés ha votado una moción de confianza en contra del primer ministro, Michel Barnier, solo tres meses después de ser elegido por el presidente Emmanuel Macron. Es el primer ministro que menos tiempo ha ocupado el cargo a la V República. El presidente Emmanuel Macron se verá ahora presionado para nombrar a un sustituto, e incluso se enfrenta a peticiones de dimisión.
La disputa política que llevó a Barnier al precipicio, sobre el presupuesto anual del 2025, sugiere que ahora será todavía más difícil hacer frente a los problemas económicos del país. Hay que recordar que con un déficit del 6,2% del PIB, Francia ya tiene el peor desequilibrio presupuestario de la zona del euro. La idea de que tenía Barnier en la cabeza pretendía solucionar este déficit prolongado utilizando el plazo máximo de siete años que permiten las nuevas normas fiscales de la UE, destaca el portal Euronews. Cualquiera que forme el nuevo gobierno ahora tendrá grandes dificultades para sacar adelante las propuestas fiscales y de gasto. Alguien podría pensar que la solución serían unas nuevas elecciones, pero la verdad es que no puede haber hasta mediados del año que viene, y ninguno de los tres bloques de la Asamblea Nacional francesa puede reunir una mayoría.
Muchos a la izquierda han pedido que se deshagan las reformas más amplias del sistema de pensiones, que eran una pieza central de la agenda liberal de Macron; a corto plazo, la ultraderechista Marine Le Pen pedía la costosa política de indexar las pensiones en función de la inflación, recuerda el mismo portal. Y por si las cosas en Europa no estuvieran lo bastante tensas, Alemania se ha añadido también en esta crisis.
Alemania, en problemas y la ultraderecha a la vista
El año que viene, el miembro más grande del bloque será también el que obtenga peores resultados económicos. Según las previsiones de la Comisión Europea, Alemania crecerá un 0,7% el año que viene, después de contraerse en el 2024, recuerda el portal Euronews. Y Berlín se enfrenta a los problemas políticos propios. La coalición tripartita al poder se hundió en noviembre, después de los desacuerdos sobre política fiscal entre el líder socialista Olaf Scholz y su ministro liberal de Finanzas, Christian Lindner. Scholz ha convocado elecciones anticipadas para febrero, concretamente el día 23. Durante este caos de gobernanza, Berlín no ha enviado a la UE ningún plan sobre cómo abordará su déficit los próximos años, a pesar de haber liderado la petición política en Bruselas de normas fiscales estrictas. El sombrío panorama económico europeo no tiene aspecto de mejorar. Las relaciones con China, su principal socio comercial, son cada vez más frías, ya que la UE intenta "desmarcarse" de un enemigo geopolítico cada vez más importante.
En Alemania, el debate es nacional. "Hay que reformar el freno de la deuda", apunta en un artículo El País Gustav A. Horn, profesor de la Universidad de Duisburg-Essen, en alusión al estricto límite constitucional al endeudamiento, que queda margen de maniobra a Alemania para salir de esta crisis y que precipitó en noviembre la ruptura del gobierno. "Sin esta reforma, no lo conseguiremos." Pero eso, siguiendo el racionamiento de Draghi, tampoco será suficiente.
Ahora bien, tal como destaca Euronews, el hueco político amenaza con obstaculizar los esfuerzos más amplios por hacer frente a la situación de la economía europea. Los últimos meses, dos ex primeros ministros italianos, Draghi y Letta, han lanzado advertencias sobre la competitividad europea, muy superada por la norteamericana. Habrá que ver, pues, cómo se resuelve esta inestabilidad a los dos países y si este hecho ayuda a reflotar la economía o lo hunde todavía más.