El caso de corrupción del Qatargate sigue dando guerra. La exeurodiputada griega Eva Kaili, que fue destituida ahora hace casi un año como vicepresidenta del Parlamento Europeo a raíz del estallido del escándalo de corrupción Qatargate, ha salido ahora a defenderse. Sus abogados han preguntado al Parlamento Europeo y a su presidenta, Roberta Metsola, que estudie si se violó su inmunidad parlamentaria cuándo se la investigó y detuvo por su posible implicación con el caso.
Los abogados Christophe Marchand y Sven Mary han explicado en una entrevista en Euronews que habían solicitado un encuentro con los servicios jurídicos del Parlamento Europeo para presentar "pruebas" de la violación de su inmunidad, teniendo en cuenta que en el momento de la investigación y detención era diputada en el órgano continental. "No se respetó la protección parlamentaria de Eva Kaili, y eso tiene consecuencias. Una consecuencia es que no puede ser procesada por este caso", ha argumentado su defensa. El objetivo de la inmunidad parlamentaria es precisamente proteger a los representantes europeos de la persecución política arbitraria. Con todo, esperan que si la Eurocámara reconoce que no se respetó su inmunidad, Kaili tenga puntos a favor en el juicio que se celebra en Bélgica por el caso de corrupción.
"Ataque al corazón de la democracia en la UE"
Ahora hace un año, la exeurodiputada griega Eva Kaili reconoció haber ordenado a su padre que se llevara las bolsas de dinero que escondía a su domicilio, instrucciones que permitieron a la policía belga detenerlo in fraganti y arrestar a un número de sospechosos de corrupción pasando por alto su inmunidad parlamentaria. Según informa este martes Le Soir, la socialdemócrata había admitido ante el juez su involucración en la trama, a pesar de que parcialmente, porque solo habría confesado estar al corriente de "la actividad" de su compañero, el italiano Francesco Giorgi, también detenido, que señaló el exeuroparlamentario Pier Antonio Panzeri como presunto cerebro de la trama de sobornos y regalos que recibían de Qatar y Marruecos. Unos meses después, la justicia belga identificó Ali bin Samikh Al Marri, ministro de Trabajo en Qatar, como el cerebro de toda la trama de corrupción en el Parlamento Europeo. Así, era él quien se encargaba de controlar las tareas del principal imputado por el Qatargate, Panzeri.
El escándalo sacudió el Parlamento Europeo, y obligó a la institución a tomar medidas drásticas contra la laxitud de las normas de conducta del personal. Como Kaili fue atrapada in fraganti, la cámara permitió que se levantara inmediatamente su inmunidad parlamentaria. Pero sus abogados defienden todavía su inocencia, y avisan de que su detención y las investigaciones previas que habían hecho la fiscalía belga y los servicios secretos de varios países no cumplieron el respeto a la inmunidad, sino que fueron un "ataque al corazón de la democracia en la UE". "Ha habido un mal comportamiento de la justicia belga, que no ha respetado el sistema judicial y ha atacado el funcionamiento del Parlamento Europeo", mantiene la defensa. Los abogados confían ahora en que Metsola se ocupe del caso ante el Parlamento Europeo.