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Después de cinco días, la evacuación de la planta de Azovstal ha concluido. La ONU ha confirmado que este martes se han evacuado 101 personas de la acería de Mariúpol antes del "ataque final" de Rusia. Además de este centenar de personas, las Naciones Unidas también han rescatado a 58 civiles que se encontraban en el distrito de Manhush (en las afueras de la ciudad). Una vez ha finalizado la operación de rescate, las tropas rusas han reanudado el ataque sobre la fábrica de acero de la ciudad portuaria con aviación y artillería.
La planta siderúrgica sufre un asedio desde varias semanas por parte del ejército ruso y las milicias de la autoproclamada república popular de Donetsk, de manera que se ha convertido en un foco de resistencia numantina que incluso llevó al presidente ruso, Vladímir Putin, a abandonar el ataque para evitar bajas. Pero ante la falta de avances en algunos sectores del frente y repliegues en otros, el mando ruso ha apostado por la captura de Azovstal como el principal trofeo a exhibir en la celebración del Día de la Victoria sobre la Alemania nazi el próximo día 9 de mayo.
La operación más complicada
La ONU confirmó el domingo pasado la operación para evacuar a un primer grupo de cien civiles a la acería de Mariúpol, aunque empezó el viernes. Se ha tratado de una delicada operación para cuyo éxito ha sido imprescindible el acuerdo entre Rusia y Ucrania con la mediación de Naciones Unidas, después de muchos fracasos y en lo que Kyiv ha definido como la operación más difícil desde que empezó la guerra hace más de dos meses. Los primeros civiles evacuados de la fábrica de acero han llegado este martes a Zaporiyia, ciudad a poco más de 200 kilómetros de la asediada urbe portuaria, que ya está preparada para recibir y atender a los refugiados que han pasado cerca de dos meses escondidos de los bombardeos.
Los autobuses han llegado escuchados por la ONU y la Cruz Roja, con mujeres, niños y abuelos en su interior. Los diferentes agentes complicados han coincidido en el hecho de que ha sido una de las operaciones más complicadas de la guerra: la salida ha sido difícil y el viaje se ha alargado más del previsto por culpa de los puestos de control y los territorios de combate, motivo por el cual tuvieron que dormir en el camino. Cuando llegan, técnicos municipales comprueban su identidad y los fotografían. Después de las comprobaciones, se los permite acceder a la carpa instalada en el centro de recepción de refugiados, donde pueden comer, tomar un café, recoger ropa y juguetes... Acnur tiene preparadas bolsas con comida para entregar a cada uno de ellos.
Alargar la evacuación
Las personas desplazadas llegan agotadas, con incertidumbre y tristeza. En el caso de las personas evacuadas de la acería de Azovstal, la situación puede ser todavía más terrible: salen después de dos meses sin ver la luz del sol. Si hay algún evacuado en una situación sanitaria grave, se le traslada al hospital. Si no, son atendidos en el centro sanitario de urgencias que se ha instalado en una antigua cafetería de un centro comercial. En este centro de recepción de refugiados de Zaporiyia siguen llegando centenares de personas que escapan de la zona del Donbass, incluidas personas de Mariúpol que llegan con sus coches particulares arriesgando sus vidas, a los cuales un trayecto de 220 kilómetros les cuesta más de trece horas.
Es por esto que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha pedido telefónicamente a Putin que permita seguir con las evacuaciones de civiles de la acería de Azovstal. Estas operaciones tienen que efectuarse "en coordinación con los agentes humanitarios y dejando que los evacuados escojan su destino, en conformidad con el derecho humanitario internacional". Por su parte, Putin se ha limitado a manifestar que Rusia sigue abierta al diálogo con Ucrania y ha pedido que se ponga punto final al suministro de armas en Kyiv. El presidente ruso ha expuesto a Macron su visión sobre las negociaciones con los representantes ucranianos "poniendo el acento que a pesar de la inconsecuencia y falta de disposición de Kiev a trabajar seriamente, la parte rusa, como antes, está abierta al diálogo".