La cloroquina y la hidroxicloroquina han estado en los últimos meses en boca de todo el mundo. El hecho de que el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunciara que tomaba, a pesar de no tener síntomas del coronavirus, activó las alertas de todo el mundo. Se trata de un medicamento efectivo para la malaria, que al inicio de la pandemia parecía traer resultado prometedores, pero que con los tiempos había ido cayendo desgracia. Varias autoridades sanitarias y estudios señalaban que no estaba clara su eficacia y que, por el contrario, podía producir varios efectos secundarios.
La semana pasada se dio a conocer el estudio mayor hecho sobre estos fármacos, que apuntaba que aumenta el riesgo de muerte un 30%. Este viernes, sin embargo, un centenar expertos han alertado de errores en esta investigación e incluso el responsable del programa de malaria de la OMS, Pedro Alonso, ha avisado de que tiene "inconsistencias alarmantes", según publica el diario El País. Además, Alonso asegura que tiene "enormes dudas sobre la calidad de esta investigación" y que tanto los autores como la revista científica que lo publicó, "tendrán que rendir cuentas".
No es el único, hasta 120 expertos han firmado una carta conjunta en la que alertan que los datos utilizados no han sido publicados para que el resto de la comunidad científica las analice. También reprochan la ausencia de un comité ético que revise el tratamiento de los datos de los pacientes y que estas se ajusten a la ley. No hay información detallada de los hospitales de donde provienen los datos y se utiliza una dosis de los fármacos más alta de la recomendada, alertan a los expertos.