El expresidente de la República (2012-2017) y exlíder del partido socialista francés François Hollande se suma al Frente Popular, la gran coalición de las izquierdas de cara a las elecciones legislativas anticipadas que se celebrarán en Francia dentro de dos semanas. Hollande será candidato en su antiguo feudo electoral de la circunscripción de Corrèze y lo hará de la mano de su partido, uno de los integrantes de la coalición electoral en la cual también participan los 'insumisos' de Jean-Luc Mélenchon, el Partido Comunista (PCF), y los Ecologistas-Verdes. Fuentes del entorno de Hollande ha confirmado este sábado a la emisora France Info la información, que había revelado previamente el diario La Montagne. Poco después, Hollande ha comparecido ante los medios este sábado y ha confirmado que da este paso ante una situación "tan grave", porque "la extrema derecha nunca ha estado tan cerca del poder".

El jueves pasado, Hollande había apoyado plenamente la constitución del Frente Popular: insistió que ante la posibilidad real de un Gobierno de extrema derecha, encabezado por un Reagrupamiento Nacional (RN) —el partido de Marine Le Pen— en auge, hay que ir "más allá de las divergencias". No obstante, en paralelo, el exmandatario pedía que esta coalición de izquierdas asegurara "una orientación europea", adhesión a la OTAN y el reconocimiento del carácter terrorista de los ataques de Hamás a Israel el pasado 7 de octubre.

En este sentido, marca distancias con La Francia Insumisa (LFI) de Mélenchon, principal partido de la izquierda en Francia ahora mismo y con el cual mantiene amplias diferencias, en tanto que Hollande ha presentado siempre postulados mucho más conservadores que, sumado a los recortes de su presidencia, costaron a los socialistas la hegemonía de este espacio ideológico durante los últimos años. De hecho, la candidatura de Hollande ya levanta polvareda: la rama de Corrèze del Partit Comunista ha emitido un comunicado en redes en el cual admiten las reticencias que tienen muchos militantes con el papel del expresidente y recuerdan sus "decepciones", pero aseguran que defenderán el programa común pactado como Frente Popular.

Se trata de un programa de consensos mínimos centrado en medidas económicas y sociales y que tiene el objetivo de "romper" con la última tendencia liberal-conservadora que ha regido el Estado francés con Macron, Sarkozy o el mismo Hollande. Entre las medidas que llevan, subir el salario mínimo a 1.600 euros netos mensuales —ahora es de 1.400— , un impuesto a las grandes fortunas, indexar los sueldos a la inflación, poner tope a los precios de la alimentación y la energía o detener la reforma de Macron que quiere ampliar la edad de jubilación de los 62 a los 64 años.

El Frente Popular sería segunda fuerza, según las encuestas

Hollande también había criticado muy duramente la decisión de su sucesor al Elíseo y actual mandatario, Emmanuel Macron, por haber decidido anticipar la convocatoria de elecciones legislativas, "en el peor momento y en las peores circunstancias". Estos comicios tienen que celebrarse a dos vueltas el 30 de junio y el 7 de julio. Macron anunció el avance electoral el domingo por la noche, una vez que se conocieron los resultados de las europeas, en las cuales los de Le Pen consiguieron una victoria clara con un 31,4% de los votos.

Renacimiento (RE), el partido de Macron, sufrió una gran derrota, quedando en segunda posición, con un 14,6% y pisándole los talones con un 13,8% el Partido Socialista (PS). Todas las encuestas publicadas después de la convocatoria de elecciones dan como ganadores nuevamente a los de Le Pen, con más del 30% de los votos en la primera vuelta, mientras que el nuevo Frente Popular se situaría en segundo lugar, muy cerca, con entre el 25% y el 28%. Al bloque liberal-centrista de Macron la auguran una tercera posición, con menos del 20%.