Los partidos de extrema derecha en la Unión Europa han dejado de ser un fenómeno residual para ser decisivos o, directamente, entrar en el gobierno. Giorgia Meloni en Italia o Viktor Orbán en Hungría marcan el camino de la normalización de la extrema derecha en las instituciones por toda Europa. Ahora puede ser el turno de los Países Bajos después de unas elecciones generales que han dejado como fuerza más votada el partido de extrema derecha, liderado por el antiislamista y euroescéptico Geert Wilders.
La fiabilidad de los sondeos se pone en duda a escala global, ya que la victoria de la extrema derecha no estaba en ninguna quiniela. Las encuestas de los días previos a las elecciones advertían de un ascenso del PVV, pero lo seguían situando hacia un segundo lugar, después de los liberales de derechas VVD, con Dilan Yeşilgöz al frente. El resultado electoral se aleja de estas predicciones: el PVV obtiene 35 escaños y el VVD 24, y queda tercero en un Parlamento de 150 diputados. En segundo lugar, ha quedado el bloque de izquierdas formado por el socialdemócrata PvdA y los verdes GroenLinks, que encabeza el exvicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans, con 25 escaños. Nuevo Contrato Social (NSC), partido del democristiano Pieter Omtzigt, entra por primera vez en el Parlamento con 20 escaños.
Un parlamento fragmentado y, a priori, con promesas de cordón sanitario
De los 26 partidos que se presentaron a los comicios y 16 han conseguido representación parlamentaria, aunque, a excepción del PVV, VVD, NSC y el bloque de Timmermans, ninguno ha superado la barrera de los 10 escaños. Ni siquiera los tres más votados tienen la suficiente representación para gobernar en solitario. Para empezar, el bloque Timmermans ya ha dejado claro que no pactará con la extrema derecha. Si bien algunos partidos han dejado claro que quieren imponer un cordón sanitario, no todos son tan contundentes.
Países Bajos abre ahora una etapa de negociaciones, y como el PVV ha conseguido el número mayor de escaños, Wilders tiene la prioridad para llevar estas conversaciones a buen puerto. Podría conseguir mayoría con VVD y NSC, que sumarían 79 escaños en un gabinete de tres partidos, pero Yeşilgöz y Omtzigt ya han dicho que "no será fácil" y que no están dispuestos a tenerlo como jefe de gobierno.
¿Qué alternativas tendrían los Países Bajos? Si Wilders fracasa, la izquierda podría intentar negociar un gobierno con el VVD y NSC, en más de los liberales de izquierdas D66, que, a pesar de haber sufrido un porrazo electoral, mantienen 10 de sus 24 escaños. Los cuatro sumarían 79, si se confirman los sondeos, que tiene un margen de error de un escaño.
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