El exvicepresidente del Ecuador Jorge Glas ha sido trasladado a la prisión de máxima seguridad La Roca, en la ciudad de Guayaquil, después de haber sido detenido el viernes por la noche dentro de la Embajada de México, donde había recibido asilo político, en un hecho que ha provocado la ruptura de las relaciones diplomáticas entre ambos países. Así lo ha comunicado el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad (SNAI), la agencia penitenciaria del Ecuador, que en una nota informativa publicada en las redes sociales ha detallado que "en cumplimiento de las disposiciones emitidas por la autoridad judicial competente (...) el ciudadano Jorge G. ha sido trasladado al Centro de Privación de Libertad Guayas Nº 3". Un fuerte dispositivo de seguridad coordinado por las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional ha trasladado Glas a primera hora de este sábado en un vehículo blindado hacia el aeropuerto de Quito, donde ha embarcado en una aeronave rumbo a Guayaquil.
Glas residía desde mediados de diciembre en la sede diplomática mexicana donde había pedido el asilo, que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador le concedió este viernes. Esta maniobra del exvicepresidente se produjo después de que la Policía Nacional ordenara su detención para prestar declaración delante de la Fiscalía, ya que está imputado por un presunto delito de malversación de caudales públicos en la reconstrucción de la provincia de Manabí después del terremoto del 2016, que dejó más de 670 muertos. Por otra parte, tiene que acabar de cumplir una condena de ocho años de prisión, después de que la Justicia ecuatoriana no le concediera el beneficio de la prelibertad después de haber aglutinado en una sola las condenas por soborno y asociación ilícita que tiene en firme, de ocho y seis años de prisión, respectivamente, por dos casos de corrupción.
El exvicepresidente, que ocupó el cargo entre el 2013 y en el 2017 en el mandato de Rafael Correa y después los primeros meses del periodo presidencial de Lenín Moreno (2017-2021), siempre ha rechazado las condenas y acusaciones al declararse como un perseguido político y víctima de lawfare. Ante la condena de México y otros países latinoamericanos como Venezuela, Cuba, Bolivia u Honduras a la detención de Glas, el actual presidente del Ecuador, Daniel Noboa, ha defendido el operativo argumentando que una condena previa prevalece sobre una condición de asilado político.