El FBI frustró un complot iraní para asesinar al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, la semana previa a las elecciones presidenciales. El régimen iraní habría encargado a un miembro de la Guardia Revolucionaria de Irán vigilar y asesinar al entonces candidato republicano, y a otros disidentes iraníes en territorio estadounidense, según ha revelado este viernes el Departamento de Justicia de EE.UU. Tres hombres han sido acusados de asesinato por encargo, conspiración para cometer asesinato y blanqueo de capitales.
El principal acusado es un hombre identificado como Farjad Shakeri, que según una denuncia penal presentada ante el tribunal federal de Manhattan, se reunió a mediados de septiembre con un funcionario no identificado de la IRGC, que le pidió dejar otras tareas y centrarse en vigilar y asesinar al expresidente Donald Trump. En un segundo encuentro, el 7 de octubre, el funcionario le había pedido que a la semana siguiente elaborara un plan para asesinar a Trump, y que si no era capaz de hacerlo en ese periodo de tiempo, esperara hasta después de las elecciones presidenciales para llevarlo a cabo, ya que el régimen iraní pensaba que el candidato republicano perdería y que, por lo tanto, sería más fácil matarlo tras las elecciones. Según se recoge en la denuncia, Shakeri aseguró al FBI que no tenía intención de elaborar ese plan en el tiempo exigido.
Según detalla la justicia de EE.UU., se cree que Shakeri, único acusado que aún no ha sido detenido, reside en Teherán. Este hombre emigró a Estados Unidos cuando era niño y fue deportado hacia 2008, tras cumplir 14 años de cárcel por una condena por robo. "Shakeri ha utilizado una red de asociados criminales que conoció en la cárcel de Estados Unidos para suministrar al IRGC agentes para llevar a cabo vigilancia y asesinatos de objetivos del IRGC", explica el Departamento de Justicia.
Los otros acusados de este complot son dos ciudadanos neoyorquinos, Carlisle Rivera, también conocido como Pop, de 49 años, de Brooklyn, y Jonathon Loadholt, de 36 años, de Staten Island. Ambos han sido detenidos por su supuesta implicación en un complot para asesinar a un periodista estadounidense de origen iraní que ha sido un destacado crítico del régimen. Según la información proporcionada por Shakeri, los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria también hicieron el encargo de vigilar a dos ciudadanos judíos americanos que residían en la ciudad de Nueva York, y ofrecían 500.000 dólares por asesinar a cualquiera de ellos.