El duque de Edimburgo, que hoy ha anunciado que se retira de la agenda pública, está casado con la reina Isabel II desde hace casi 70 años. Su papel discreto en la corte no ha impedido que tenga una alta actividad en la vida pública del alta sociedad inglesa y llevaba a cabo alrededor de 250 compromisos al año.
Felipe de Edimburgo nació en Grecia en 1921 y es hijo de la princesa Alicia de Battenberg y del príncipe Andrés de Grecia y Dinamarca. La familia se exilió del país cuando él era recién nacido. Tuvo cuatro hermanas mayores y cada una se casó con un príncipe alemán. Es tío de la reina consorte de España, Sofía de Grecia.
Su infancia estuvo marcada por el exilio en Inglaterra y el divorcio de sus padres. Durante la Segunda Guerra Mundial fue subteniente de la Marina Real Británica y ya se intercambiaba correspondencia con la que iba a ser su futura mujer. Más tarde fue ascendido a teniente y participó en los desembarcos de Sicilia.
Después de cinco meses de compromiso con la reina Isabel, la pareja se casó el 20 de noviembre de 1947, y Felipe se convirtió en el duque de Edimburgo. Ambos celebrarán su 70 aniversario de bodas este noviembre de 2017. Fue formalmente declarado príncipe del Reino Unido el 1957, lo cual significa que ostenta el título desde hace 60 años.
Juntos han tenido cuatro hijos: el príncipe Carlos, la princesa Ana, el príncipe Andrés y el príncipe Eduardo. La pareja también tiene ocho nietos y cinco bisnietos. El matrimonio no asistió a la boda entre su hijo Carlos y Camila Parker-Bowles.
El consorte es un gran aficionado a los caballos, a la pintura y al medio ambiente. Su pasión por las alturas le hizo ganar las alas en la Royal Air Force y acumular miles de horas en casi 50 modelos de avión, además de ser comandante naval en la misma RAF, a las órdenes de su suegro Jorge VI.
Su actividad pública en actos por todo el país finalizará en agosto, según ha anunciado, después de que ayer miércoles hiciese una aparición en el club de Marylebone.