La fiscalía belga ha liberado, bajo la vigilancia de un brazalete electrónico, Francesco Giorgi, pareja de la exvicepresidenta del Parlamento Europeo, Eva Kaili, y uno de los principales sospechosos del Qatargate, el caso de supuestos sobornos de países como Qatar o Marruecos a miembros de la Eurocámara. En un comunicado emitido este jueves, las autoridades belgas han informado del nuevo estado de prisión preventiva para Giorgi, a quien todavía se le imputan delitos de corrupción, blanqueo de capitales y de pertenecer a una organización criminal. Kaili, por su parte, seguirá en la prisión al menos durante los dos próximos meses, después de que la semana pasada el juez instructor confirmara la extensión de su detención.
El comunicado de la fiscalía belga llega dos semanas después del arresto del eurodiputado socialista, Marc Tarabella, uno de los eurodiputados -junto con el italiano Andrea Cozzolino- a quién el Parlamento Europeo retiró la inmunidad. De hecho, el mismo Giorgi había trabajado como asistente de Cozzolino.
Con respecto al otro exeurodiputado implicado en el caso, Pier Antonio Panzieri, este continúa en la prisión. En enero, semanas después de que estallara el escándalo, Panzieri llegó a un acuerdo con las autoridades para colaborar en la resolución del caso, aunque no han trascendido más detalles. De hecho, la fiscalía belga apunta que, "por el interés de la investigación, de momento no se facilitará más información".
La defensa de Kaili denuncia "torturas"
La defensa de la exvicepresidenta del Parlamento Europeo, Eva Kaili ha denunciado delante de la fiscalía belga "torturas" durante un interrogatorio a qué fue sometida. En una audiencia celebrada a finales de enero, el abogado de Kaili explicó que la dirigente griega estuvo totalmente incomunicada entre el miércoles 11 y el viernes 13 de enero durante las dieciséis horas que permaneció en una celda policial. "Hacía frío, se le negó una segunda manta, le quitaron el abrigo, la luz estaba constantemente encendido, hecho que le impedía dormir, y no se le permitió ir al baño a pesar de sufrir una regla con mucho sangrado," relató su defensor, Michalis Dimitrakopoulos.
Según el abogado, estas prácticas "violan la convención europea de derechos humanos" y están hechos "propios de la Edad Media". Dimitrakopoulos dirigió estas acusaciones durante la última sesión en que la fiscalía belga tenía que decidir si aceptaba la petición para dejar en libertad vigilada a Kaili, en la prisión desde el pasado mes de diciembre. Una vez más, el tribunal desestimó la demanda de la defensa y mantuvo a la exvicepresidenta de la Eurocámara al menos durante en prisión preventiva.