La Fiscalía General del Brasil ha denunciado al expresidente Jair Bolsonaro por liderar el intento de golpe de Estado contra el actual presidente Luiz Inácio Lula da Silva después de perder las elecciones de 2022, según han informado fuentes oficiales. El pasado mes de noviembre la policía pidió la imputación de Bolsonaro, y ahora el fiscal general sostiene que dirigía "una organización criminal basada en un proyecto autoritario de poder". Aparte del expresidente, la fiscalía también ha imputado a otras 33 personas de su entorno. El ministerio público ha indicado en un comunicado que los 34 denunciados están acusados de "tentativa de abolición violenta del Estado Democrático de Derecho", "organización para delinquir armada" y "golpe de Estado", entre otros crímenes. Entre los acusados hay varios ministros de su mandato y un antiguo jefe de la Marina. Destaca al militar retirado Walter Braga Netto, que fue candidato a vicepresidente y está en prisión para obstaculizar las investigaciones. Es la primera vez que un general de este rango es encarcelado.
Plan de fraude electoral
Según la denuncia de la Fiscalía, durante el mandato del ultraderechista "adoptó un tono creciente de ruptura con la normalidad institucional en sus reiteradas declaraciones públicas, en las cuales expresó su descontento con decisiones de tribunales superiores y con el sistema electoral electrónico vigente". "Esta escalada ganó un mayor impulso cuando Lula, visto como el contendiente más fuerte en la carrera electoral, se volvió elegible a causa de la anulación de sus condenas penales", reza el comunicado.
Además, la fiscalía señala que en julio del 2022, Bolsonaro se reunió con representantes diplomáticos acreditados en el país "para verbalizar las conocidas y negadas acusaciones de fraude en las máquinas de votación electrónica". Durante la segunda vuelta electoral se movilizaron agencias de seguridad "para evitar que los electores votaran por el candidato de la oposición". Así pues, ha señalado que "los involucrados mantuvieron su retórica de fraude y mantuvieron su activismo con campamentos instalados enfrente de cuarteles del Ejército en varias capitales del país", mientras que "la organización criminal presionó a altos cargos del Ejército "escribiendo cartas y agitando a compañeros a favor de acciones de fuerza en el escenario político para impedir que el presidente electo asumiera el cargo".
Trama organizada
Ahora, el Supremo tiene que decidir si acepta la querella formulada por el fiscal general, Paulo Gonet, y enjuicia al exjefe de Estado (2019-2022) y en el resto de acusados por su presunta participación en la conspiración golpista. Gonet asegura que Bolsonaro y el exministro y general de la reserva Walter Braga Netto eran los "líderes" de la trama. "Los dos aceptaron, estimularon y realizaron actos tipificados en la legislación penal de atentado contra el bien jurídico de la existencia e independencia de los poderes y del Estado de derecho democrático", ha afirmado en la denuncia.
La denuncia de la Fiscalía está basada en una extensa investigación policial que constató la existencia de una trama que buscó mantener en el poder a Bolsonaro y evitar la investidura de Lula, que finalmente se produjo el 1 de enero de 2023. La investigación policial constata que en la trama estaban involucrados Bolsonaro y otras 39 personas, entre ellas Braga Netto, general retirado y antiguo ministro de la Presidencia y de Defensa en el Gobierno de Bolsonaro. Además, también aparecen entre los investigados Almir Garnier Santos, excomandante de la Marina, y los generales retirados Augusto Heleno Ribeiro y Paulo Sérgio Nogueira, quienes formaron parte del gabinete del líder ultraderechista. Durante las diligencias de los dos últimos años, la Policía ha encontrado borradores de decretos para declarar un "estado de sitio", anular el resultado de los comicios de 2022 e intervenir la Justicia Electoral. Según varios testigos, Bolsonaro llegó a revisar y modificar el documento que consumaría el golpe e incluso tuvo "pleno conocimiento" de un plan elaborado por militares díscolos para asesinar, por envenenamiento, a Lula y a otras autoridades brasileñas. Finalmente, el plan no se materializó, pero como última bala, miles de radicales de extrema derecha ocuparon de forma violenta las sedes de la Presidencia, el Congreso y el Supremo, el 8 de enero de 2023, con la intención de incentivar la intervención de los militares.
La indignación de Bolsonaro
El expresidente brasileño Jair Bolsonaro, a través de sus abogados, se ha declarado "indignado" después de la denuncia de la Fiscalía, que ha calificado de "inepta", "incoherente" y "fantasiosa". Bolsonaro "nunca ha dado apoyo a ningún movimiento que pretenda deconstruir el Estado Democrático de Derecho o las instituciones que lo habilitan", ha afirmado el abogado Paulo Cunha Bueno en una nota compartida en las redes sociales del exmandatario. La defensa de Bolsonaro ha señalado que, a pesar de la investigación policial, "no se encontró ningún elemento que conectara mínimamente" a Bolsonaro "con la narrativa construida en la denuncia". Y añade que "la inepta denuncia llega a atribuirle la participación en planes que se contradicen entre sí y se basan en un único acuerdo judicial de culpabilidad que ha sido modificado varias veces por un delator que cuestiona su propia voluntariedad", en referencia al testimonio clave del antiguo mano derecha de Bolsonaro, el teniente-coronel Mauro Cid.
*NOTA À IMPRENSA*
— Paulo Cunha Bueno (@paulocunhabueno) February 19, 2025
A defesa do Presidente Jair Bolsonaro recebe com estarrecimento e indignação a denúncia da Procuradoria-Geral da República, divulgada hoje pela mídia, por uma suposta participação num alegado golpe de Estado.
O Presidente jamais compactuou com qualquer…