A menudo si se piensa en el Estado más conservador de los Estados Unidos se tiende a imaginar Tejas, pero la Florida del gobernador Ron DeSantis no se queda en absoluto atrás. DeSantis es el rival más realista contra Donald Trump a las primarias republicanas y muchos lo presentan como la vertiente moderada del Partido al lado del expresidente estadounidense. Sin embargo, las leyes racistas y LGTB-fòbiques que ha promovido a Florida muestran que, todo, solo es una impresión. DeSantis ha llegado al punto de prohibir libros a las escuelas de todo el Estado. Una censura que las mayores editoriales y grupos de escritores estadounidenses no están dispuestas a permitir.

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La organización PEN America y el grupo editorial Penguin Random House, el conglomerado mayor editorial del mundo, pidieron al Estado de Florida para retirar varios libros de bibliotecas escolares en el Condado de Escambia, consideran que esta política de DeSantis restringe ilegalmente el acceso a libros sobre raza, racismo e identidades LGBTQ". Restringir el acceso a información sobre el racismo y la sexualidad al margen de la heterosexualidad es justamente lo que el gobierno de DeSantis quiere, tal como han apuntado ellos mismos. Los republicanos a Florida han aprobado las leyes conocidas como Don't Say Gay o Stop Woke, con la que se prohíbe la libertad de expresión en el Estado a la hora de hablar del colectivo LGTBI o la raza en el ámbito de la educación.

PEN America ha indicado que "la eliminación y restricción del acceso por parte de la junta escolar a los libros que tratan sobre la raza, el racismo y las identidades LGBTQ" viola la Primera Enmienda de la constitución, según un comunicado dado a conocer este miércoles. PEN America y Penguin Random House no son los únicos que están llevando la censura de Florida a los tribunales, también lo hacen autores y padres de niños "afectados por las prohibiciones".

Florida, la Meca de las prohibiciones conservadoras

Mientras Florida censura la libertad de expresión y amplía los derechos para llevar armas, otros Estados conservadores de los EE.UU. ven en estas políticas un ejemplo, como Utah o Missouri. Concretamente, con relación a la prohibición de acceso a ciertos libros, PEN America advierte: "En contraste con épocas anteriores en que los vetos en libros eran iniciados por padres o ciudadanos preocupados, casi un tercio (...) fueron resultado directo de leyes estatales recientemente aprobadas en Florida, Utah y Missouri".

"A medida que aumentan los vetos a libros, junto con la proliferación de esfuerzos legislativos por restringir la enseñanza de temas como raza, género, historia norteamericana e identidades LGBTQ, la libertad de leer, aprender y pensar de los estudiantes sigue disminuyendo", ha alertado a la organización.

 

Imagen principal: Jóvenes estudiantes de Florida se manifiestan contra la ley Don't Say Gay. Europa Press