Francia vive este martes una segunda jornada de huelga para protestar contra la reforma de las pensiones impulsada por el gobierno de Emmanuel Macron. Las protestas se prevén igual de masivas que las del pasado 19 de enero, donde salieron a la calle de todo el país 2 millones de personas, según informaron los sindicatos. El objetivo de esta nueva jornada es conseguir una movilización similar o todavía mayor en las 240 marchas convocadas para este martes. Para hacer frente esta protesta se ha preparado un dispositivo policial reforzado. Hasta 11.000 agentes por todo el país, 4.000 de ellos en París, vigilarán que la protesta se desarrolle de manera pacífica, ante el temor del gobierno francés que pequeños grupos de radicales violentos puedan generar disturbios.
¿Cómo serán los paros?
Con respecto al seguimiento de la huelga, se espera que sea especialmente importante en los transportes, ya que, está previsto que solo circulen, por término medio, un tercio de los trenes de alta velocidad (TGV). En las líneas ferroviarias internacionales habrá un tráfico casi normal en el Eurostar en Londres y en los Thalys a Bélgica, Países Bajos y Alemania, pero se han cancelado, en cambio, los dos trenes por sentido del corredor París-Barcelona. Además, también se prevé que los desplazamientos en transporte público en el área metropolitana de París será muy difícil, ya que, se han suprimido, según las líneas, entre dos tercios y el 90% de los trenes de cercanías. Por su parte, el metro solo funcionará a medio gas, en cambio, los autobuses quedarán menos afectados.
En el tráfico aéreo también se notarán estas protestas. Las paradas de controladores aéreos han obligado a cancelar un 20% de los vuelos con salida o destino en el aeropuerto parisino de Orly. En el caso de Air France, eso se traducirá en la supresión de un 10% de sus vuelos del día, aunque ha optado por preservar todos los de largo recorrido (intercontinentales) y tampoco se verá afectada ninguna de sus rutas con España.
Objetivo: la retirada de la reforma de las pensiones
Los sindicatos pretenden con esta jornada de movilizaciones obligar al gobierno francés a retirar su reforma, que prevé retrasar la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años y avanzar a 2027 el alargamiento a 43 años (42 actualmente) del periodo de cotización necesario para cobrar una pensión completa. Son conscientes de que cuentan con el apoyo de la opinión pública, ya que los diversos sondeos de opinión muestran una oposición muy mayoritaria de los franceses al proyecto, un 61% según un sondeo que publica este martes el diario económico francés, Les Echos. Este rechazo no ha bajado desde que el pasado 10 de enero el gobierno de Emmanuel Macron anunciara la medida, a pesar de los intentos del gobierno galés de insistir en la necesidad de la reforma para asegurar la solidez del sistema de pensiones a medio y largo plazo. A favor del ejecutivo, una mayoría de los franceses no tiene intención de movilizarse para impedir la reforma, un 73% según una encuesta de la semana pasada.
A pesar de la amenaza de una huelga masiva por toda Francia, la primera ministra, Élisabet Borne, salió al paso este domingo y declaró en una entrevista que las dos medidas estrella de la reforma, es decir, el retraso a 64 años de la edad mínima de jubilación y el aumento a 43 años del periodo de cotización para tener la pensión completa, son una cosa que "no es negociable". En la misma línea se manifestó el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, que advirtió que Francia tiene que reducir su deuda, que ya ha superado los 3 billones de euros. El texto se empezó a estudiar este lunes en comisión a la Asamblea Nacional, donde los partidos de izquierda y la ultraderecha se oponen, aunque el bloque gubernamental espera recibir el necesario apoyo de los conservadores para sacarlo adelante.