Francia prohibirá las manifestaciones en varias zonas de París, como los Campos Elíseos, después de los destrozos en una protesta de los 'chalecos amarillos' el sábado pasado que acabó con contenedores quemados y comercios deteriorados.
Así lo ha anunciado este lunes el primer ministro francés, Edouard Philippe. "A partir del próximo sábado, y siempre que sea necesario, prohibiremos manifestaciones que reivindiquen los chalecos amarillos en los barrios más afectados, tan pronto como nos damos cuenta de la presencia de elementos ultra y su voluntad de causar destrozos," ha avisado Philippe. El primer ministro también ha adelantado que el jefe de la policía en la jefatura de París, Michel Delpuech, será cesada el miércoles. Todo forma parte de una estrategia de reorganización del "mantenimiento del orden".
El primer ministro ha puesto énfasis que los que acudieron a los Campos Elíseos este pasado fin de semana "no eran manifestantes, sino "alborotadores" con el único objetivo de "saquear, robar e incendiar". De hecho, se ha esforzado en señalar que no confunde "a los violentos con la mayor parte de los 'chalecos amarillos', que ahora no se manifiestan", en alusión al descenso significativo de personas que salen a la calle en las convocatorias de cada sábado (32.300 este último, según el Ministerio del Interior).
Philippe también ha advertido que los que participan en estas manifestaciones se pueden convertir en "cómplices" de los violentos, y ha considerado que no es casual que este repunte de violencia se haya producido ahora, cuando el debate nacional lanzado por el presidente, Emmanuel Macron, en respuesta a los "chalecos amarillos" está siendo "un éxito".
Las medidas llegan un mes después de que un grupo de expertos en derechos humanos de la ONU instara a las autoridades francesas a "establecer vías para el diálogo para reducir la tensión y reconocer el papel importante que juegan los movimientos sociales en la gobernabilidad". Los expertos denunciaron una "restricción desproporcionada" del derecho de protesta en Francia durante las manifestaciones de los 'chalecos amarillos'.